Las tropas ucranianas en el frente de batalla tienen urgencia por avanzar a medida que se acerca el invierno, con días más cortos, lluvias torrenciales y nieve, señaló un artículo publicado este domingo por el diario estadounidense 'The Wall Street Journal'.
Ukrainian army
© AP Photo / Aleksandr Shulman
A pesar de que tanto los rusos como los ucranianos están acostumbrados al frío, los aguaceros incesantes pueden disolver las carreteras. "El clima helado complica las operaciones básicas, desde cargar proyectiles de artillería hasta apretar el gatillo", señala el artículo del WSJ fechado en la zona de Zaporozhie.

Según el texto, a los ucranianos les preocupa que puedan lograr una brecha entre las fortificadas defensas de las tropas de Rusia, pero que sus tanques y equipo blindado pesado no pueda explotar rápidamente la situación porque el terreno está demasiado enlodado o nevado.

"Es más difícil luchar con frío, con humedad, con barro", reconoció el fin de semana pasado el mayor general Kyrylo Budanov, jefe de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania, según la nota.

El general del ejército estadounidense Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto y el militar de más alto rango del país norteamericano, le dijo a la BBC el fin de semana pasado que a las fuerzas ucranianas les quedan "probablemente entre 30 y 45 días de tiempo de combate" este año antes de que las condiciones se vuelvan en su contra.

Otro funcionario de defensa occidental citado por The Wall Street Journal dijo que, hacia fines de octubre, Ucrania necesitará pasar de atacar a mantener terreno, y a proteger la infraestructura civil de los drones y misiles rusos durante el invierno.

De acuerdo con el diario, cualquier pausa por parte de Ucrania podría permitir a Rusia afianzarse más profundamente en el territorio donde tiene actualmente presencia.

"La lluvia dificultará mucho el trabajo. El barro limitará la maniobrabilidad", dijo al WSJ Oleksandr Solonko, operador de drones las fuerzas ucranianas. "Las rutas logísticas ya son limitadas y entonces habrá aún menos opciones. Las oportunidades para vehículos blindados se reducirán".

Según el periódico neoyorquino, las condiciones más peligrosas se producirán en noviembre y principios de diciembre, el momento en que las carreteras se disuelven. "El suelo helado favorece el armamento pesado, pero la nieve puede impedir tanto el movimiento como la evasión porque los soldados y el equipo son más fáciles de detectar visualmente o debido a las señales de calor", señala el rotativo.

Un informe del Ministerio de Defensa británico publicado a inicios de agosto señaló que la maleza que vuelve a crecer en los campos de batalla es, probablemente, un factor que contribuía al "progreso generalmente lento" de la contraofensiva de Kiev.
"Con el crecimiento de maleza y arbustos acelerándose por las condiciones cálidas y húmedas del verano, la cobertura adicional ayuda a camuflar las posiciones defensivas rusas y hace que los campos minados defensivos sean más difíciles de despejar", se afirmaba en ese informe.
Varios especialistas en materia de Defensa han asegurado que uno de los principales obstáculos con los que se ha encontrado la contraofensiva ucraniana son los campos minados rusos.


El 12 de septiembre pasado, el presidente ruso, Vladímir Putin, durante la sesión plenaria del VIII Foro Económico Oriental, informó que la contraofensiva ucraniana no logró sus objetivos, pero sí se produjeron pérdidas que ascienden a 71.500 efectivos de su lado.

En sus palabras, un total de 543 tanques y 18.000 vehículos blindados de distintas clases de las Fuerzas Armadas de Ucrania fueron destruidos durante la operación militar especial rusa.