Traducido por el equipo de SOTT.net

La frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos en Europa ha aumentado un 48% en los dos últimos años. Esto ha provocado un aumento de las interrupciones del suministro de alimentos, según un estudio de Inverto, filial de Boston Consulting Group.
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© Inverto
De 2021 a 2023, el número de fenómenos meteorológicos extremos en Europa aumentó de 11.442 a 16.956. Entre ellos se incluyen grandes tormentas de granizo, fuertes lluvias o nevadas, rayos dañinos, sequías causadas por el calor e incluso tornados.

Este clima dañino ha tenido un efecto negativo dramático en los cultivos de alimentos en Europa, provocando escasez y precios más altos para ciertos productos. Sólo una tormenta de granizo causó el año pasado unos 40 millones de euros en daños a los cultivos, por poner un ejemplo.

"A medida que los fenómenos meteorológicos extremos aumenten en frecuencia e intensidad, habrá más trastornos en las cadenas de suministro de alimentos. Por eso es esencial que las empresas aprendan las lecciones de los últimos acontecimientos y adopten medidas sólidas para prepararse ante futuras perturbaciones", afirma Katharina Erfort, directora de Inverto.

"Las empresas deben invertir en herramientas para identificar de dónde proceden los suministros de alimentos y cómo podrían verse afectados por futuros fenómenos meteorológicos extremos. Los compradores también deben tratar de diversificar su base de suministro en diferentes regiones, especialmente en aquellas con un clima menos severo".

Algunos cultivos se han visto especialmente afectados por las condiciones meteorológicas extremas. Por ejemplo, el aceite de oliva ha alcanzado precios récord debido al calor extremo, el arroz se vio gravemente afectado por la sequía y las inundaciones del año pasado, los cultivos de patata sufrieron lluvias excesivas y los de tomate fueron devastados por olas de calor abrasadoras.

"A medida que los patrones climáticos globales se vuelven menos predecibles, los agricultores necesitan explorar cómo pueden mitigar el impacto de los fenómenos meteorológicos en sus cultivos", añadió Erfort.

"Por ejemplo, si los agricultores saben, gracias a una buena previsión, que va a caer granizo, ¿pueden cosechar con antelación? ¿O hay materiales o métodos que puedan desplegar para proteger sus cultivos?".