© NYPBajo el título « gemidos franceses » el diario New York Post muestra una foto del director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn (DSK), ciudadano francés, arrestado y esposado por la policía estadounidense. Es acusado de haber intentado violar una trabajadora en el hotel de lujo donde estaba alojado.
La historia del patrón del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Dominique Strauss-Kahn, arrestado esta semana por la policía por ser un presunto violador de mujeres en New York ha desatado una bomba mediática en el mundo. Más allá del escándalo de esta noticia, esta historia nos permite de desvelar las verdaderas facetas, modos de vida e ideales políticos de estos importantes administradores mundiales. Nuestro colega Pepe Escobar describe con bastante ironía una realidad escondida.
Parece que después de todo Osama bin Laden no será el principal personaje en el proceso del siglo; por un simple vuelco del destino, ese papel lo tendrá Dominique Strauss-Kahn (DSK), el todopoderoso jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ahora languidece en «Alcatraz» Rikers Island en Nueva York.
El hecho de que esta sopa de acrónimos (FMI-DSK) acabe de presentarse para una prueba, muy a pesar suyo, ante el mundialmente famoso Departamento de Policía de Nueva York, que completa la captura en el último minuto en la cabina de primera clase de un vuelo transatlántico, la rueda de identificación y el «paseo del perpetrador», lo convierte en el máximo escándalo sociopolítico global.
A un nivel más desagradable, el de los tabloides neoyorquinos, fue difícil librarse de la chispeante metáfora del IMF (FMI) - y su reputación de follarse a los pobres del mundo - aplicada literalmente a un ajuste estructural en un hotel de Manhattan a una discreta viuda inmigrante musulmana de África que vive en el Bronx con su hija adolescente. La implacable ejecución mediática tenía que ser tan masiva como el evento en sí.