Traducido por el equipo de Sott.netComenzaré con una tesis provocativa: el socialismo es ideológico y el pensamiento de libre mercado, aunque implica un mito, no es ideológico. Mostraré por qué el socialismo es ideológico y por qué el pensamiento de libre mercado implica un mito pero no es ideológico, definiendo los términos mito e ideología y distinguiéndolos entre sí.
El término "mito" tiene varias connotaciones. La connotación más común hoy en día es que el mito representa una creencia falsa. Así, vemos muchos usos del término mito en donde algún que otro mito figura como algo que hay que desacreditar. Podemos señalar cientos de títulos en los que la palabra mito significa una creencia errónea que el artículo o libro pretende derribar con pruebas y razonamientos. Al introducir "el mito de" en el campo de búsqueda de Amazon.com, por ejemplo, se sugieren títulos que comienzan con la frase, como
El mito de lo normal, de Gabor Mate;
El mito de la desigualdad americana, de Phil Gramm, Robert Ekelund y otros;
El mito del cierre, de Pauline Boss, etc. Si se realiza la misma búsqueda en un buscador de Internet, se obtienen resultados similares, pero se incluyen artículos sobre el mito de esto o aquello, incluido un artículo reciente de American Pravda (el
New York Times), titulado "Legitimaron el mito de unas elecciones robadas, y cosecharon las recompensas", en referencia a los congresistas que intentaron bloquear los resultados supuestamente legítimos de las elecciones de 2020.
Pero también se encuentran, en ambas búsquedas, títulos como
El mito de Sísifo, de Albert Camus;
El mito del eterno retorno, de Mircea Eliade;
El mito del retorno en la épica griega temprana, de Douglas Frame; y otros. O en un buscador se encuentran discusiones sobre diversos mitos griegos en enciclopedias y en YouTube. Evidentemente, estos últimos usos del término mito son diferentes del uso en libros y artículos de desacreditación. El mito en este otro sentido tiene un significado diferente.
El mito de Sísifo de Camus no es un argumento contra el mito en sí. Más bien,
el mito en este sentido connota un tipo de relato que transmite una verdad, una aspiración o un medio para dar sentido a la experiencia. Es un dispositivo de estructuración para ver el orden, los patrones, las posibilidades, los resultados probables, etc.
En este sentido, el mito también incluye lecciones que hay que aprender y tener en cuenta a la hora de elaborar una vida o una misión de vida. El mito de Ícaro es un relato sobre la arrogancia humana, por ejemplo. La historia del Jardín del Edén suele entenderse en estos términos: como un mito sobre la búsqueda de ser como Dios. El hundimiento del Titanic se ha visto en términos de mitos griegos como el de Ícaro y otras historias de arrogancia humana.
Es este último sentido del mito el que utilizo aquí, el del mito como medio por el que estructuramos la experiencia, encontramos sentido y elaboramos las trayectorias de nuestras vidas.
Comentario: No es una conclusión sorprendente: la ideología cortocircuita el razonamiento.