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Me voy... ¡pero me quedo! Adiós Siria... ¡hola Siria!... Así están las cosas. Trump ya amagó varias veces con irse de Siria pero al final, como era previsible, no se irá y, al parecer, el circo va a continuar por un buen tiempo. Hace pocos días Estados Unidos anunció que mantendría sus fuerzas en los campos petroleros de Siria, a pesar de la retirada de las tropas del norte del país. La justificación formal de la medida ha sido la necesidad de "negar a ISIS el acceso" a los campos petroleros. Lo que los altos mandos norteamericanos han olvidado es que no hace mucho tiempo Trump se arrogaba haber erradicado al Estado Islámico de Siria; por tanto, su explicación podría calificarse lisa y llanamente como de una vulgar excusa.
En tanto, en Sudamérica soplan vientos de cambio político. En Argentina, tras cuatro años de un gobierno neoliberal que cambió abruptamente el rumbo del país y que terminó por empobrecer más a la población y endeudar astronómicamente el país, volvió a triunfar una coalición política con un signo político marcadamente antagónico. En Ecuador, el gobierno de Lenin Moreno, claramente alineado con el histórico entreguismo latinoamericano, parece estar pasando por un muy mal momento. De igual manera, 30 años de gobiernos de derecha en Chile se enfrentan a una dura encrucijada transitando una convulsión social como no se había visto antes. A esto debemos sumar la impopularidad creciente de Bolsonaro en Brasil y la tumultuosa reelección de Evo Morales en Bolivia. ¿Estamos en las postrimerías de una nueva ola progresista en el sur del continente americano?
Acompáñenos en el análisis de todos estos eventos en nuestra discusión semanal de todos los sábados.
