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Los temores a una caída del empleo en Francia crecen hoy debido al anuncio del cierre de miles de puestos en los sectores bancario y automovilístico, y las proyecciones de un bajo crecimiento económico en 2012.

Si bien en el tercer trimestre de 2011 hubo un ligero repunte en la actividad empresarial del 0,4 por ciento, aún es pronto para pensar que se trata de una tendencia sostenida, alertaron analistas.

De acuerdo con las estadísticas oficiales, en la actualidad el desempleo afecta al 9,1 por ciento de la población económicamente activa, lo cual equivale a más de cuatro millones de personas sin ningún trabajo o con una colocación a tiempo parcial.

Si estas cifras aumentan abruptamente, ello significaría la transformación de la crisis financiera en una crisis social, señala un artículo publicado este lunes por el periódico especializado en temas económicos Les Echos.

El gobierno, por su parte, estima que los despidos que realizarán la industria automovilística y la banca de inversiones y finanzas son casos particulares y no se trata de una situación generalizada.

A pesar de ello, las expectativas del año que viene son sombrías para todo el país.

La proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto fue revisada a la baja por el Ejecutivo de 1,75 al uno por ciento, pero un grupo de economistas de los sectores público y privado la situaron en sólo el 0,7 por ciento.

Antes de eso, la Comisión Europea señaló que Francia no crecerá el año que viene más allá del 0,6.

Esas cifras son a todas luces insuficientes para garantizar la creación de nuevas fuentes de empleo, a lo cual se suma el impacto de las medidas de austeridad dictadas para equilibrar las finanzas del Estado y cuyo costo caerá en las familias de ingreso bajo y medio.

Debido a este panorama, cinco grupos intersindicales convocaron a una jornada de acciones del 1 al 15 de diciembre, incluida una gran movilización nacional el día 13, para alertar sobre los graves efectos de la crisis.