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En la emblemática plaza Tahrir continúan las manifestaciones, los sectores políticos maniobran con vistas a los comicios.

Miles de manifestantes egipcios que exigen a los militares que abandonen el poder se enfrentaban hoy con la Policía de El Cairo, a pesar de la promesa del jefe de las fuerzas armadas de organizar una elección presidencial a mediados de 2012.

Por primera vez desde que el sábado comenzaran los enfrentamientos, médicos afirmaron que el uso de balas reales había causado la muerte de manifestantes. Oficialmente, 35 personas fallecieron en la revuelta.

En el centro de la capital egipcia, cerca de la emblemática plaza Tahrir, continúaba la violencia. Detrás de unas barricadas, la Policía disparaba balines y lanzaba gases lacrimógenos a los manifestantes, que esgrimían inmensas banderas, mientras las ambulancias iban y venían para llevar a numerosos heridos.

El gran imán de Al Azhar, la más alta institución del islam sunita con sede en El Cairo, pidió a las fuerzas de seguridad que no disparen más contra los civiles, y al Ejército le solicitó que evite los enfrentamientos. El organismo también se dirigió a los ciudadanos. "Llamamos a nuestros hijos en la plaza Tahrir y en todas las plazas de Egipto a conservar el carácter pacífico de su revolución y a proteger los bienes públicos y privados", señaló.

Ayer, en un discurso poco habitual, el mariscal Husein Tantaui, jefe de Estado de facto, se comprometió a organizar una elección presidencial antes de julio de 2012 y se declaró dispuesto, incluso, a entregar el poder inmediatamente mediante un referéndum. Los manifestantes afirmaron que no creen en absoluto en las palabras del mariscal, ministro de Defensa del antiguo régimen y que asimilan a Hosni Mubarak, expulsado del poder en febrero pasado.