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Miles de estudiantes chilenos marcharon para pedir por mejoras educativas y más financiamientoa para la enseñanza pública.

Los protagonistas de la marcha número 42 en seis meses fueron los alumnos de los centros de formación técnico-profesional, los más olvidados en el presupuesto junto con la educación preescolar y básica, según expertos del área.

Entre 2.000 y 3.000 estudiantes junto a un grupo de encapuchados se enfrentaron con la policía cuando los agentes les cerraron con rejas algunas de las calles por las que pasarían, pese a contar con permiso de la gobernación regional.

Estudiantes de algunos países de la región organizaron protestas en solidaridad con los chilenos. En Colombia se planificaron varias marchas que culminarán al anochecer con un acto artístico. La Mesa Amplia Nacional Estudiantil dijo que se trata de "una movilización continental".

En tanto en El Salvador, un pequeño grupo de estudiantes y profesores de la Universidad Nacional paralizó el tránsito vehicular en demanda de mejoras en la educación superior. "Estamos aquí para exigir el derecho a una educación superior de calidad en nuestro país y en solidaridad con toda Latinoamérica, en especial por Chile, donde nuestros compañeros estudiantes están en resistencia para evitar la privatización de la universidad", dijo el estudiante Vicente Melgar.

El vocero oficial del gobierno chileno, Andrés Chadwick, calificó la protesta del jueves de "absolutamente innecesaria". Agregó que "a esta misma hora... el Senado está conversando intensamente para ver si se puede llegar a un acuerdo en materia de educación y luego entrar en votación".

El miércoles el gobierno ofreció nuevos recursos para lograr la aprobación del presupuesto para educación. El aporte extraordinario se sumaría a los 11.650 millones de dólares ya destinados para ese sector para el año entrante.

Las movilizaciones estudiantiles derribaron la popularidad del presidente Sebastián Piñera de más de un 60% a un 31% y dejaron por el suelo el apoyo a la oposición de centroizquierda, que exhibe un inédito respaldo de 14% mientras que el del oficialismo bordea el 22%, según la encuestadora Adimark que realiza sondeos mensuales.

La mala calidad de la enseñanza, la falta de financiamiento para la educación pública y la escasez de aportes a las universidades estatales y los centros técnicos fueron puestos en el primer plano por el movimiento estudiantil.