El portaaviones Enterprise es el segundo buque de este tipo que Estados Unidos mantiene desplazado en el golfo Pérsico, donde desde hace meses se encuentra ya el Abraham Lincoln. Junto al Enterprise llegaron también el crucero Vicksburg y los destructores Nitze, Porter y James E. Williams.
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Esta información fue facilitada por Amy Derrick-Frost, representante oficial de la quinta flota de EE. UU., con base en Bahréin. Según ella, los portaaviones han sido enviados a la zona para apoyar a las fuerzas norteamericanas en Afganistán, participar en la lucha contra la piratería cerca de las costas de Somalia y, además, patrullar las vías cruciales de transporte del crudo en la región.

Irán ha amenazado varias veces con cerrar el estrecho de Ormuz, una parte del golfo indispensable para el transporte mundial de petróleo y gas natural. Las autoridades de la república islámica amenazaron con cerrar el estrecho si la UE establece el embargo a la compra de su petróleo, tal y como ha anunciado.

Los miembros de la UE ya han aprobado la prohibición, que debe entrar en vigor el 1 de julio, momento en que todas sus compañías deberán cesar todas la importación de petróleo persa.

El envío de este segundo portaaviones coincide con un momento agudo en las relaciones entre Irán y EE. UU., que comparte su preocupación con Israel por el programa nuclear de Teherán.

Tel Aviv ha declarado reiteradamente que no permitirá que Irán obtenga armamento nuclear y dice estar preparado para adoptar todas las medidas que sean necesarias, incluso de carácter militar. No obstante, Irán afirma que todas sus investigaciones persiguen fines exclusivamente pacíficos y que no prescindirá de los trabajos relacionados con su programa nuclear.