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El jefe de la Policía de Houston, Texas, reconoció que un exagente propinó una golpiza a un adolescente negro durante un arresto, lo que suma hoy un nuevo caso de violencia racial por parte de autoridades estadounidenses.

Las acciones del oficial despedido Andrew Blomberg fueron contrarias a las políticas del departamento, el entrenamiento y la ley estatal, aseguró el jefe policial Charles McClelland.

Blomberg, de 29 años, es el primero de los cuatro policías despedidos que son enjuiciados desde el jueves pasado por malos procedimientos durante el arresto, captado por una cámara de seguridad.

Si es declarado culpable podría ser encarcelado hasta un año, reportó la página digital de la emisora de radio WTAW 1620.

La grabación que data de marzo de 2010 muestra en el suelo al adolescente negro Chad Holley, de 15 años entonces, rodeado de al menos cinco agentes, quienes patean y golpean su cabeza, abdomen y piernas.

Un activista comunitario filtró el vídeo a los medios de comunicación, lo que desató intensas críticas de la opinión pública contra el departamento de Policía, precisó la fuente.

Los líderes de la comunidad negra de Houston aseguran que el tratamiento aplicado a Holley constituye otro ejemplo de la brutalidad policial contra los afroamericanos y grupos minoritarios y que los cargos aplicados contra los exoficiales no son lo suficientemente graves.

Holley, ahora de 18 años, testificó la semana pasada y argumentó que no estaba resistiéndose al arresto, pero que los agentes lo golpearon a tal punto que quedó inconsciente por un momento, precisó la fuente.

El principal abogado de Blomberg, Dick DeGuerin, dijo que su cliente solo puso su pie sobre el codo del adolescente para inmovilizarlo, pues podía estar armado.

Holley, sin embargo, carecía de armas, acotó la emisora.

Agentes del Departamento de Policía de Nueva York también enfrentan acusaciones por golpear con bastones y sin causa evidente al joven negro Jateik Reed, de 19 años, quien recibió una paliza en una calle del barrio del Bronx.

El abogado Warren presentó este lunes a la prensa un vídeo de vigilancia que muestra a Reed con las manos vacías, caminando tranquilamente, antes de ser interceptado con violencia por los agentes neoyorquinos.

Una sucesión de casos policiales polémicos, interpretados como delitos con visos racistas, salieron a flote durante los últimos cuatro meses en Estados Unidos.

Al asesinato de Trayvon Martin, en Orlando, Florida, a finales de febrero, siguieron los homicidios de Rekia Boyd, en Chicago; y de Kendrec McDade, en Pasadena, ciudad del occidental estado de California.

Todos estos incidentes tuvieron un denominador común: involucraron actuaciones policiales malintencionadas, irresponsables, o imprecisas.