Narcolavado en HSBC
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A pesar de los esfuerzos del gobierno mexicano en la lucha contra el crimen organizado y el freno a recursos de procedencia ilícita, el banco británico HSBC en México enfrenta un historial de deficiencias antilavado de dinero, falta de políticas para conocer al cliente, un sistema de monitoreo disfuncional, banqueros que se resistían a cerrar cuentas pese a evidencia de actividad sospechosa y clientes de alto perfil involucrados en el tráfico de drogas.

Un informe del subcomité de investigaciones del Senado en Estados Unidos destapó que de 2000 a 2009, HSBC dio a México el nivel más bajo de control antilavado, lo que permitió el envió de 7 mil millones de dólares en efectivo a una unidad de Estados Unidos, un volumen que de acuerdo con las autoridades judiciales estadunidenses, sólo podía alcanzar ese tamaño si incluía ganancias ilegales del narcotráfico.

Como evidencia de los débiles controles del banco, el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado presentó el caso del empresario de origen chino Zhenli Ye Gon. Donde explica cómo ejecutivos de HSBC permitieron que Ye Gon mantuviera sus cuentas en esa institución.

"En 2005 las cuentas de la empresa Unimed Pharm Chem México, propiedad de Ye Gon, fueron retenidas en la filial mexicana de HSBC bajo el argumento de 'actividades sospechosas'. Cuando la oficina bancaria a cargo de temas de lavado de dinero promovió el cierre de esa cuenta, la propuesta fue desechada después de que la oficina de servicios personales financieros del mismo banco dio el visto bueno a Ye Gon bajo el argumento de que era un cliente en buen estado, documentado de manera apropiada y reconocido", detalló la evidencia.

Impunidad. De acuerdo con Paul Thurston, ex director del banco en México, desde 2002, año que el grupo británico HSBC se hizo del banco mexicano Bital, era consciente de importantes problemas del cumplimiento en las operaciones relacionadas con lavado de dinero.

Dijo que por años hubo "significativas debilidades en la infraestructura de controles" en sus operaciones en México, por lo que se tomó la decisión de dejar de manejar operaciones en dólares y cerrar oficinas en áreas donde hay alto riesgo de lavado de dinero.

Incluso relató que los empleados del banco fueron víctimas del crimen organizado. "Debo agregar que el entorno en México fue tan complicado como ninguno otro que jamás haya experimentado. Los empleados enfrentaron riesgos muy reales de ser objetos de sobornos, extorsión y secuestro, de hecho, múltiples secuestros ocurrieron durante mi estancia, y altos niveles de seguridad fueron requeridos por el staff de banco", detalló.

Paraíso Bancario. Las investigaciones del Senado reportaron que en septiembre de 2008, HSBC México reportó un incremento notable de más de 60 mil cuentas en las Islas Caimán que pertenecían a más 50 mil clientes, con unos activos totales de aproximadamente 2 mil 100 millones de dólares.

Pero, en 2009 cerró 3 mil 600, de las cuales 675 eran sospechosas de lavado de dinero.

"La opacidad con que estas cuentas venían siendo manejadas quedó reflejada en aspectos como el hecho de que 1,500 cuentas no aparecieron mencionadas en los reportes de balances. La ausencia de información sobre los titulares de esas cuentas era tal que HSBC México no tenía idea de quién estaba detrás de las mismas", señala el reporte.

El senador norteamericano Carl Levin, quien lleva el caso, señaló que detectaron "millones de dólares en sospechosas transacciones de cheques de viajero, recursos y staff inadecuados", en lo que domino "operación de pantalla", pues se trata de supuestas oficinas que no existen, no hay empleados, y es sólo una operación para ofrecer cuentas en dólares.

La indagatoria apunta que la filial en las Islas Caimán era operada desde México. También se denunció que HSBC abrió cuentas para clientes riesgosos incluyendo casas de cambio, de las que investigaciones posteriores mostraron habían lavado dinero del narcotráfico.

Levin dijo que HSBC México se convirtió en el principal exportador de dólares a la filial estadounidense del banco (HBUS) transfiriendo 3 mil millones de dólares en 2007 y 4 mil millones en 2008, cifras que incluso excedieron las de otros bancos mexicanos y sus afiliados.

Por esta situación, el Senado americano culpó a la filial estadounidense del banco de "no llevar ningún monitoreo de sus transacciones en dólares con sus afiliados", incluyendo HSBC México, y de no haber hecho esfuerzo alguno en identificar cualquier actividad sospechosa.

Primera Renuncia. En medio del escándalo financiero, David Bagley, jefe del departamento de control de HSBC, renunció por las fallas que permitieron el presunto caso de lavado de dinero proveniente de cárteles de la droga.

Otros directivos aseguraron que "han aprendido de sus errores en el combate al lavado de dinero, por lo que han tomado las medidas necesarias para cambiar los débiles controles que permitieron la entrada de dinero ilícito".