Igor Sechin, es un hombre poco amigo de las cámaras de televisión. Sechin es un antiguo espía del mandatario ruso, Vladimir Putin, que se ha convertido en el hombre clave del impulso que el Gobierno ruso quiere dar a su sector petrolero.

En la actualidad, Sechin es el director ejecutivo de la petrolera estatal rusa Rosneft y se encarga de las negociaciones con British Petroleum (BP). Según se comenta en los círculos internacionales, en la actualidad es posiblemente el hombre más poderoso del sector de los hidrocarburos.

Su objetivo ahora es lograr un acuerdo para realizar una joint venture con BP que podría ser de 30.000 millones de dólares (24.800 millones de euros). Esta misma semana Rosneft ya ha anunciado que han iniciado las conversaciones que podrían darles el mayor contrato de su historia.

Gracias a este empresario reconvertido desde el espionaje, la petrolera de su país ha logrado acuerdos con compañías internacionales occidentales para explotar los recursos de Siberia y de la zona rusa del Ártico.