Standard Chartered
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El banco británico Standard Chartered ha sido acusado de llevar a cabo operaciones con Irán por un valor de hasta 250.000 millones de dólares (201.441 millones de euros) durante casi una década, según un regulador estadounidense, lo que le habría hecho violar las leyes anti-lavado de dinero de EEUU. La historia de HSBC: la mayor lavandería de dinero del mundo.

En concreto, el Departamento de Servicios Financieros del estado de Nueva York aseguró que el banco escondió 60.000 transaccciones secretas para instituciones financieras iraníes que estaban sujetas a sanciones económicas de EEUU.

"Durante casi diez años, SCB conspiró con el Gobierno de Irán y escondió a las autoridades reguladoras cerca de 60.000 transacciones secretas, que suponían al menos 250.000 millones de dólares, y que le surtieron unos beneficios de cientos de millones de dólares en comisiones", según reza el informe publicado.

Banjamin Lawsky, superintendente de este departamente, añadió que Standard Chartered fue "aparentemente ayudado" por la consultora Deolitte & Touch, que escondió detalles a reguladores entre los que se incluyen la Reserva Federal de Nueva York.

Las acciones de Standard Chartered "dejaron al sistema financiero estadounidense vulnerable a terroristas, traficantes de armas y regímenes corruptos, y privó a los investigadores de información crucial", según la orden hecha hoy pública.

Entre los clientes del banco se encontraban instituciones iraníes sujetas a sanciones económicas en Estados Unidos, como el propio Banco Central de Irán, así como Bank Saderat y Bank Melli, dos entidades que también son propiedad del Estado iraní.

Con el objetivo de "ganar cientos de millones de dólares casi a cualquier coste", el regulador acusa a Standard Chartered de falsificar informes financieros, no haber mantenido adecuadamente en sus libros todas las transacciones procesadas y haber obstruido a la administración gubernamental, entre otras cuestiones.

De este modo, se acusa así a uno de los mayores bancos de Reino Unido de haber violado las leyes de EEUU, que restringen las transacciones con entidades iraníes debido al peligro de estar apoyando el programa nuclear de ese país con objetivos militares encubiertos.

Como consecuencia de estas acciones, el Departamento de Servicios Financieros advierte al banco británico de que podría perder su licencia para operar en Nueva York e insta al banco a que dé explicaciones sobre las presuntas violaciones y demuestre por qué su licencia no debe ser revocada.

Asimismo, insta a Standard Chartered a que se someta y pague un proceso de vigilancia independiente del departamento implicado para garantizar el cumplimiento de las normas que rigen las transferencias internacionales de fondos.