Desde hace un par de años, los maiceros mexicanos se enfrentan a una crisis productiva y de comercialización, en primer término por la sequía a consecuencia de los cambios climáticos y en segundo, por la importación de grano para hacer frente a la baja disponibilidad para el consumo humano y la industria.

Juan Pablo Rojas Pérez, secretario general de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México (CNPAMM), señaló que en la actualidad la situación es crítica porque se ha padecido de sequías y heladas sobre todo en el norte del país, en los estado de Sinaloa y Tamaulipas, que son los proveedores de grano para las entidades del centro y sur del país.

Durante su visita a Morelia, donde se reunió con productores del municipio de Queréndaro para la próxima puesta en marcha de un programa piloto para elevar la productividad del maíz, Rojas Pérez refirió que se ha sufrido una disminución del abasto nacional. Se proyectaba para el ciclo primavera-verano 2012 una cosecha de 22 a 23 millones de toneladas, que al final del periodo sólo se obtuvieron unas 18 millones de toneladas, mientras que el Gobierno federal aseguró que se obtuvieron un millón de toneladas más.

México requiere de una producción anualizada de entre 25 a 30 millones de toneladas para abastecer el consumo nacional tanto humano como para la industria, pero a partir de los efectos del cambio climático la producción está reducida, por lo que el Gobierno mexicano recurre a la importación de grano, como en el actual periodo en que se compraron a Sudáfrica un millón 200 mil toneladas, que ingresaron al país sin arancel.

Por dicha práctica, que a su consideración es desleal, dejaron de ingresar a las arcas federales por concepto de impuestos no cobrados alrededor de 11 mil millones de pesos. Mientras que a los productores mexicanos se dejaron de comprar un millón 200 mil toneladas a un precio de entre cuatro y cinco mil pesos la tonelada, algo así como cuatro mil 800 millones de pesos.

En tanto, cuando en el mercado nacional la tonelada se cotizaba entre cuatro y cuatro mil 200, los productores tuvieron que vender su producto hasta en un mil 200 pesos menos la tonelada, por debajo del estándar internacional. Esto ha generado una controversia, apuntó, porque se encuentran almacenadas y con riesgo de perderse dos millones de toneladas de maíz de los estados de Jalisco y Tamaulipas.

Aún así, dijo, hay confianza para cerrar bien el año, por la producción actual del ciclo otoño-invierno 2012-2013, y reconoció el secretario general de la CNPAMM que la producción es deficitaria por condiciones climáticas y no por la falta de una política agropecuaria. Entonces, al final del año se habrá de llegar a una producción acumulada de 23 millones de toneladas.

No obstante, Juan Pablo Rojas no descartó que la situación de dificultad entre los maiceros continúe si el Gobierno sigue con la importación de granos, porque además señaló que no se cuenta con un esquema de subsidios para los productores, no a niveles como se registra en otros países.

La importación afecta a aproximadamente 1.5 millones de productores que producen su granos con fines comerciales, en una superficie superior a 1.5 millones de hectáreas.

México es el principal productor de maíz blanco en el mundo. Asimismo, éste es el cultivo más importante del país, ya que representa aproximadamente el 35 por ciento de la superficie sembrada durante un año agrícola, tanto para cultivos cíclicos como perennes.

El país tiene dos ciclos en su año agrícola: el otoño-invierno, en el que se inicia la siembra en octubre y se cosecha en mayo-junio, y el primavera-verano, que inicia siembra en marzo y cosecha en noviembre-diciembre.

Estrategias

La Confederación Nacional de Productores Agropecuarios de Maíz de México ha armado una estrategia orientada a elevar la producción y productividad de este grano, que es base fundamental para la alimentación de los mexicanos.

Uno de los primeros puntos es impulsar la agricultura por contrato para asegurar la venta del producto a precios adecuados, y también se pretende detonar un modelo de desarrollo de agronegocios integrales sustentables.

Con estas acciones se pretende que el maicero cuente con servicios técnicos a cargo de personal especializado, contar con maquinaria agrícola y los insumos necesarios, abaratar costos de producción con economías de escala.

Asimismo, se trabaja en la organización de los productores porque a través de la unión es como tendrán facilidades para ser sujetos de crédito y acceder a los programas gubernamentales.

La CNPAMM agremia a 150 productores de 28 entidades, con el registro de 482 mil hectáreas.