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Los consecuentes derrumbes amenazan uno de los principales yacimientos arqueológicos del mundo

Las continuas lluvias sobre la ciudad antigua de Pompeya, al sur de Nápoles, provocaron el derrumbamiento de dos pequeños muros pertenecientes a este yacimiento arqueológico de más de 2 mil años de antigüedad.

Se trata de la pared que separa dos edificios en la Via Stabiana y del muro lateral de una casa actualmente no accesible, el llamado Lupanare piccolo.

El martes se había caído ya otro muro de siete metros de altura que rodeaba la "Casa del Moralista". Según indicaron expertos, ninguno de los muros derrumbados poseía frescos u otros elementos de interés arqueológico.

Ya a principios de noviembre se derrumbó la "Casa de los Gladiadores". Se cree que las fuertes lluvias caídas en la región ablandaron el suelo, lo que podría haber provocado el derrumbamiento de partes de las paredes, fachadas o tejados.

La oposición de centro-izquierda pide la dimisión del ministro italiano de Cultura, Sandro Bondi, argumentando que algunos de los sitios arqueológicos más importantes del país se encuentran en un estado deplorable debido a los recortes del Gobierno.

Sin embargo, Bondi alega que el principal problema no es el recorte presupuestario, sino la "mala gestión" de algunos de estos lugares, y rechaza toda responsabilidad.

La antigua ciudad de Pompeya fue destruida en el año 79 antes de Cristo debido a una erupción del Monte Vesubio, que mató a miles de personas. Pompeya quedó enterrada bajo seis metros de cenizas. Actualmente, los restos arqueológicos de la antigua ciudad son una de las principales atracciones turísticas del país.