Las plantas interactúan con el entorno a su propia manera, anadiéndo oxígeno al aire que respiramos y contribuyendo a eliminar numerosas toxinas como el formaldehído presente en el papel y las alfombras, el benceno de la pintura y el tricloroetileno de los productos de limpieza.
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Tener un espacio de trabajo cómodo y agradable influye notablemente en los niveles de productividad que un trabajador alcanza a lo largo del día, por lo que empresas como Google, Microsoft y otros gigantes ya han comenzado ya a implementar técnicas de oficinas flexibles que les permitan a sus trabajadores aprovechar al máximo las nuevas tecnologías y seleccionar el área que prefieran para desarrollar sus actividades diarias. Muchas de estas oficinas también están habitadas por numerosas plantas distintas, pero éstas no tienen una función meramente decorativa.

Estudios recientes han demostrado que además, las plantas contribuyen a incrementar la capacidad de concentración de los trabajadores y reducir el cansancio.

Un estudio de la Universidad tecnológica de Sydney, Australia también encontró que las plantas en el interior de las oficinas reducen la ira hasta en un 44%, la ansiedad en un 37%, la depresión en un 58% y el cansancio hasta en un 38% entre los colaboradores.

Además, un estudio publicado en 2002 encontró que el ausentismo por enfermedades disminuye hasta en un 60% en las oficinas y escuelas que tienen espacios verdes. La Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés) estima que el aire que se respira en interiores frecuentemente contiene niveles hasta cinco veces más altos que en el exterior debido al encierro, por lo que ventilar los espacios es fundamental para respirar aire más limpio.

Desde luego es importante considerar plantas que se coloquen dentro de un espacio cerrado puedan desarrollarse bajo condiciones de poca luz y definir quién estará a cargo de proporcionarles los cuidados necesarios.