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A medida que los riesgos de una recaída disminuyen en gran parte del mundo, otra amenaza económica está emergiendo: la inflación.

El alza de los precios de los alimentos, la energía y otras materias primas está reduciendo los ingresos disponibles de las personas de bajos recursos alrededor del planeta, lo que podría ser un detonante para protestas callejeras en África del Norte y plantea un gran enigma para las autoridades de todo el mundo.

Este es uno de los temas en la agenda del Foro Económico Mundial en Davos que no se tocaron en la cumbre del año pasado. Pese a que el fenómeno afectó más a los países en desarrollo, donde la gente gasta la mayor parte de sus ingresos en alimentos y, en menor medida, en la energía, también es una preocupación en países como el Reino Unido.

Nuevos datos del gobierno británico esta semana mostraron que la economía no creció en el cuarto trimestre pese a que la inflación se aceleró. Eso genera la posibilidad de que haya una estanflación - alta inflación y bajo crecimiento - como la que golpeó a Gran Bretaña en los años 70, advierten los economistas y los banqueros.

En Túnez, Argelia y Egipto, incrementos en los costos de los alimentos han provocado manifestaciones callejeras. En India, los presidentes ejecutivos de algunas de las mayores empresas del país indicaron que el rápido aumento de los precios de los alimentos era un problema porque perjudicaba a los sectores más pobres de la población y podría traducirse en incertidumbre política.

"La inflación realmente es nuestra prioridad... es la principal prioridad del gobierno", afirmó Azim Premji, presidente de la junta directiva de Wipro, una de las mayores empresas tecnológicas de India. Agregó que espera que los programas gubernamentales de ayuda a los pobres contribuyan a contener la agitación en las zonas rurales.

"Lo que me quita el sueño es que el sector empresarial de India pueda sacarse a sí mismo del mercado porque nuestros costos parecen estar elevándose más de lo que deberían", señala C.P. Gurnani, presidente ejecutivo de la compañía tecnológica Mahindra Satyam, en referencia al mercado global de tecnología y tercerización. "Mis costos más altos son los laborales".

Zhu Min, un economista chino que asesora al Fondo Monetario Internacional, dijo ante un panel que el alza de los costos de los alimentos tiene un significativo impacto en China e India. Los alimentos representaron 47% de la canasta de productos que componen el índice de precios al consumidor de India y 34% de la de China. Explicó que el mundo estaba viendo una recuperación económica a tres velocidades, en la que los países industrializados probablemente crezcan apenas por encima de 2,5% en 2011, las economías emergentes un poco menos de 7% y EE.UU. cerca de 3%.

Nouriel Roubini, un profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York, dijo que la inestabilidad política derivada del aumento de los precios de los alimentos, la energía y los commodities, como ocurre en América del Norte, era un factor que podría afectar el crecimiento mundial.

No obstante, Roubini, que se mostró pesimista en reuniones anteriores en Davos, indicó que ahora veía las probabilidades de un crecimiento económico y una contracción equilibradas.

Dijo que los puntos positivos eran que hubo una recuperación económica más fuerte en los mercados emergentes; que el pequeño riesgo de una recaída se había disipado, excepto en partes de Europa; y que los balances de las empresas estaban sólidos.

Los aspectos negativos, explicó Roubini, eran que los sectores público y privado aún estaban tratando de reducir sus niveles de deuda en las economías desarrolladas, lo que representa una amenaza al crecimiento. Otro factor que socavaba el panorama positivo era la posibilidad de que haya una cesación de pagos de deuda soberana en la zona euro, agregó.

"Algunos países son efectivamente insolventes", dijo Roubini, mencionando que la deuda de Grecia estaba por superar 150% de su producción anual.

En EE.UU., las preocupaciones se centran en el alto desempleo, un mercado inmobiliario donde los precios están volviendo a bajar, y el débil estado de las finanzas de algunos gobiernos de estados y municipios.