El Observatorio de los Derechos Humanos (HRW) denuncia que Francia ha llevado a cabo redadas "abusivas y discriminatorias" contra los musulmanes en el marco de la aplicación del estado de emergencia.
© Sott.net Libertad, Igualdad, Fraternidad: los valores fundamentales se han perdido en el tiempo...
"Francia tiene la responsabilidad de garantizar la seguridad pública y de intentar evitar nuevos ataques, pero la Policía ha utilizado sus nuevos poderes de emergencia de forma abusiva, discriminatoria e injustificada", ha afirmado Izza Leghtas, investigadora de HRW para Europa Occidental.
Las medidas de seguridad aplicadas por las autoridades francesas han provocado dificultadas económicas, y traumatizado a los niños musulmanes que han sido objetivos de las mismas, ha informado HRW en un informe.
La ONG indica que ha entrevistado a 18 personas sometidas a cacheos abusivos o que han sido puestas bajo arresto domiciliario, así como a activistas pro Derechos Humanos y abogados que trabajan en las zonas afectadas.
Los agentes de la policía han irrumpido en las viviendas, restaurantes y mezquitas de la comunidad musulmana del país, y han roto sus pertenencias, asustado a los niños e impuesto restricciones de movimiento, que han provocado daños físicos o pérdidas económicas.
Además, HRW denuncia que en una de las operaciones
la Policía rompió cuatro dientes a un hombre discapacitado antes de darse cuenta de que no era la persona a la que estaban buscando.
La ONG puntualiza que las autoridades han llevado a cabo más de 3200 redadas y puesto bajo arresto domiciliario a entre 350 y 400 personas desde la aplicación del estado de emergencia a consecuencia de los atentados ejecutados en París en noviembre de 2015, que dejaron un saldo de más de 130 muertos y 200 heridos.
El director del Observatorio Nacional contra la Islamofobia, Abdolá Zekri, anunció que
después de los ataques de París los actos de violencia contra los musulmanes han aumentado en el país galo.
La comunidad musulmana,
además de condenar estos ataques terroristas, ha manifestado su preocupación de esta tragedia se aproveche en el Occidente para desatar
una nueva ola islamófoba.
Comentario: Es evidente que un cambio preocupante está desenvolviéndose en Europa los últimos años. La persecución y el hostigamiento de los ciudadanos musulmanes se ha intensificado y los abusos se han hecho moneda corriente. La sociedad europea es cada vez más indiferente a estos atropellos en gran medida por la propaganda xenofóbica en contra de los musulmanes que es secundada por prácticas de los gobiernos europeos cada vez más despóticas y arbitrarias en contra de esta etnia. Desafortunadamente la situación ha llegado al extremo de que el término "musulmán" o "islámico" es hoy día sinónimo de "terrorista" para cualquier ciudadano europeo (y para muchos fuera de Europa también).
Pero si nos tomamos el trabajo de observar los hechos acaecidos los últimos años detenidamente, veremos que nada puede estar más lejos de la realidad. El terrorismo es una "actividad" que trasciende las fronteras de las etnias y las razas. El único factor común que traza una línea indeleble y muy significativa entre todas las formas de terrorismo es la psicopatía, y ésta es una condición que atraviesa todos los estratos sociales y raciales. Aún así, la más peligrosa encarnación de este singular y pernicioso carácter es sin duda la que se encuentra en el seno de los gobiernos y los grupos con gran poder político y económico. Desde allí la acción psicopática se amplifica y propaga hacia cada rincón de la tierra haciendo miserable la vida de miles de millones de seres humanos.
Esta acción se hace patente cuando vemos de que manera gobiernos como el de EE.UU. a través de sus diversas agencias de inteligencia
crea, entrena, y financia a grupos de choque "disfrazándolos" convenientemente con turbantes para satisfacer su agenda política. Así ha sido en Afganistán con al-Qaeda y así es hoy día con el Estado Islámico en Siria. Mientras en el mundo se sigue incrementando el miedo a los musulmanes y el consecuente odio hacia cualquier afiliación con el islam, viejas ideologías europeas para muchos superadas hace tiempo cobran nueva fuerza día a día haciéndonos testigos de un perturbador resurgimiento de las mismas condiciones sociales que dieron lugar a los momentos más oscuros de la historia humana más reciente.
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Pero si nos tomamos el trabajo de observar los hechos acaecidos los últimos años detenidamente, veremos que nada puede estar más lejos de la realidad. El terrorismo es una "actividad" que trasciende las fronteras de las etnias y las razas. El único factor común que traza una línea indeleble y muy significativa entre todas las formas de terrorismo es la psicopatía, y ésta es una condición que atraviesa todos los estratos sociales y raciales. Aún así, la más peligrosa encarnación de este singular y pernicioso carácter es sin duda la que se encuentra en el seno de los gobiernos y los grupos con gran poder político y económico. Desde allí la acción psicopática se amplifica y propaga hacia cada rincón de la tierra haciendo miserable la vida de miles de millones de seres humanos.
Esta acción se hace patente cuando vemos de que manera gobiernos como el de EE.UU. a través de sus diversas agencias de inteligencia crea, entrena, y financia a grupos de choque "disfrazándolos" convenientemente con turbantes para satisfacer su agenda política. Así ha sido en Afganistán con al-Qaeda y así es hoy día con el Estado Islámico en Siria. Mientras en el mundo se sigue incrementando el miedo a los musulmanes y el consecuente odio hacia cualquier afiliación con el islam, viejas ideologías europeas para muchos superadas hace tiempo cobran nueva fuerza día a día haciéndonos testigos de un perturbador resurgimiento de las mismas condiciones sociales que dieron lugar a los momentos más oscuros de la historia humana más reciente.
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