Traducido por el equipo de SOTT.net

Tailandia se enfrenta a un alarmante aumento de los ataques de elefantes salvajes, que han causado al menos 150 muertos y más de 133 heridos desde 2018, según un informe del Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación de Plantas del país. Muchas víctimas han sido turistas en el sur de Tailandia.
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Abriendo el maletero.
La Humane Society atribuye estos ataques a que los turistas provocan a los elefantes.

El informe revela que estos enormes animales se han adentrado en zonas pobladas, causando estragos en las carreteras e incluso entrando en las casas, lo que convierte a Tailandia en un punto caliente mundial de incidentes relacionados con elefantes.

En un caso notable, una manada de 50 elefantes que cruzaba una autopista en Chachoengsao interrumpió el tráfico.

Sin embargo, la situación se agravó cuando un elefante macho de siete toneladas llamado Duea se sentó en el coche de un automovilista en el Parque Nacional de Khao Yai.


Además, en regiones como Nakhon Ratchasima, Phang Nga y Hua Hin están aumentando los conflictos entre humanos y elefantes. A medida que estos incidentes se hacen más frecuentes, los lugareños recurren a medidas disuasorias como el despliegue de "bombas" de ping-pong.

La Humane Society International postula una correlación entre el aumento de los ataques y los elefantes cautivos. En Tailandia hay un gran número de elefantes en cautividad, empleados en las industrias turística y maderera, y mantenidos en zoológicos y lugares de actuación.

Lamentablemente, sólo una pequeña proporción de estos majestuosos animales viven en libertad en su hábitat natural. Los que están en cautividad soportan condiciones restrictivas, obligados a realizar tareas para los turistas. Grupos activistas como PETA han criticado sistemáticamente los paseos en elefante, argumentando que los elefantes en cautividad son desplazados de sus hábitats naturales y explotados.

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Dejar la colada en manos de otro.