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© AFPLa policía se desplegó en las principales ciudades el domingo para evitar marchas
Con el objetivo de evitar seguir los pasos de Túnez o Egipto, en donde revueltas populares derribaron largos regímenes dictatoriales, China decidió ayer imponer nuevas restricciones a la prensa extranjera y defendió el accionar de la policía, que el domingo pasado reprimió con dureza a los periodistas que intentaban informar acerca de las protestas en contra del gobierno de Pekín.

La libertad de movimiento que tenía la prensa internacional en China quedó ahora limitada y se reintrodujeron severas medidas que los periodistas deberán respetar no sólo en lugares de exclusión como el Tíbet, sino también en Pekín y Shanghai. El domingo pasado, la policía salió a la calle con la determinación de impedir las "protestas del jazmín", que, inspiradas en las manifestaciones en el mundo árabe, se organizan desde hace dos semanas para pedir el fin de la corrupción y desigualdad en China.

En esa ocasión, varios periodistas fueron agredidos y detenidos mientras hacían su trabajo, lo que provocó una fuerte condena de organizaciones de derechos humanos, de Estados Unidos y de la Unión Europea, que pidieron al gobierno chino "garantizar la seguridad de los corresponsales extranjeros".

En una conferencia de prensa, la vocera de la cancillería china, Jiang Yu, justificó ayer el accionar de la policía y sostuvo que los periodistas deben "colaborar" con las autoridades para "mantener el orden". Además, adelantó que aquellos comunicadores que quieran seguir las protestas del próximo domingo deberán "pedir una autorización a las autoridades locales".

"La policía ha emitido instrucciones razonables y los periodistas deben comprender y cooperar, deben someterse a las leyes y reglamentos vigentes en China", indicó la vocera. Desde los Juegos Olímpicos de 2008, el gobierno chino había decidido que no era necesario pedir permiso para entrevistar a los ciudadanos, aunque a partir de la convocatoria a las protestas se volverá a esa exigencia.

Durante la protesta del domingo pasado, los periodistas de cinco organizaciones noticiosas dijeron que se confiscaron sus equipos y que destruyeron sus materiales. Según Bloomberg News, uno de ellos fue agredido por cinco individuos vestidos de civil, quienes le arrebataron su cámara.

Por otra parte, un periodista de la BBC escribió que él y un colega fueron maltratados cuando intentaban informar acerca de la movilización, que, por los fuertes controles e intimidación por parte de la policía, no fue multitudinaria como la primera protesta realizada el pasado domingo 20.