La "revolución de la alegría" fue parte de un slogan publicitario de la campaña electoral de Mauricio Macri antes de ser elegido presidente. A éste se le sumó su famosa promesa de lograr la "pobreza cero".
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© InternetAhora quienes votaron con esperanza a Macri no saben que hacer con los globitos...
¿Cuánto de este mundo feliz han visto los argentinos desde que comenzó el gobierno de Cambiemos, el frente político encabezado por Macri? ¿Hay algún indicio de que esta ansiada revolución esté por ocurrir?... Los invito a que juntos intentemos responder a estas preguntas.

Y para serle franco no pretendo perder demasiado tiempo; así que si me lo permite pasaré de lleno a enumerar algunos de los índices publicados recientemente sobre la "evolución" económica de la Argentina en estos últimos cinco meses de gobierno de Cambiemos.
  • Empecemos por decir que según un estudio de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) las ventas minoristas, es decir el consumo de la gente común, cayó sólo en el mes de abril un 9,2%. Según el mismo informe este es el quinto mes consecutivo en que el consumo interno se retrae.
  • Según cifras oficiales del INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), organismo de pendiente del estado argentino por cierto, la caída en la construcción se derrumbó más de un 24% en el mes de abril. ¡Sí, leyó bien, la cuarta parte! La construcción en Argentina le da trabajo formal y directo a alrededor de 500.000 personas, pero se estima que este número se multiplica por 7, es decir 3.500.000 de personas, cuando se considera el trabajo indirecto que genera en todos los rubros asociados (producción de materiales de construcción, artefactos, etc).
  • Sobre este mismo rubro, estimaciones del IERIC (Instituto de Estadísticas y Registro de la Industria de la Construcción) destacan que el empleo se retrajo en abril un 10%. Considerando que directa e indirectamente este rubro da trabajo a aproximadamente 3,5 millones de personas serían lógico pensar que 350.000 personas están en situación de desempleo o en serio riesgo de perder su trabajo en el corto plazo.
  • El mismo INDEC informa también que la actividad industrial se desplomó un 6,7% en el mes de abril. La industria en Argentina da de los empleos mejores pagos del país. Esta caída supone una precarización del empleo en el mejor de los casos y la pérdida del mismo en el peor. Pero adentrándonos en los detalles específicos de este índice (que sólo es un promedio de todos los rubros industriales) vamos a descubrir algunos valores que verdaderamente asustan:
  • La industria alimenticia cayó un 11.6%. Es decir, los argentinos en promedio en abril dejaron de consumir casi el 12% de alimentos, lo cual indica que algunos, los que están en mejores condiciones no bajaron su consumo, y otros, los que están en sectores económicamente más vulnerables, han bajado su consumo posiblemente más de un 20%.
  • La producción de carnes rojas cayó un 11.5%.
  • La producción de carnes blancas (aves) cayó un 10%.
  • La producción de lácteos un 21%. Considere que la Argentina tiene una tradición de consumo masivo de estos productos, e incluso en épocas muy malas no se contrajo este índice.
  • La producción siderúrgica se contrajo un 14.7%.
  • La producción de petróleo se desplomó un 30%.
  • La refinación de petróleo cayó un 9.6%.
Este es un panorama general en números de cómo se va configurando la Argentina de Mauricio Macri. Cambiemos prometió el cambio, y el país verdaderamente está cambiando...

Una crónica de la "revolución de la alegría"

A pesar del entusiasmo evidenciado por los votantes de Mauricio Macri, al poco tiempo de comenzar su mandato los ánimos de alguno de ellos empezaron a alterarse. La cuestión fue que entre sus primeros actos de gobierno el presidente puso en marcha un plan de "recuperación" de la Argentina que al cabo de unas cuantas semanas había generado 140.000 despidos formales y 1.400.000 nuevos pobres según el observatorio de la UCA.

"Es parte del proceso" gritaron a los cuatro vientos en aquel momento, "no se asusten, en el segundo semestre del año les garantizamos que el país va a comenzar a crecer y la inflación se va a detener". Pero en los meses subsiguientes los ajustes y las acciones de gobierno siguieron agudizando la incipiente crisis. A la supresión del cepo cambiario, que por cierto provocó una suba de los precios de hasta un 60%, y a la quita de las retenciones a los grandes cerealeros, le siguió una suba de tarifas de gas y electricidad que en algunos casos llegó a ser de hasta el 1000% (sí, ¡10 veces más!).

Imagine ser una pequeña empresa, un pequeño productor industrial de algún bien de consumo, y que de pronto sus costos se multipliquen por 4, por 5, ... o por 10. ¿Cómo haría a partir de entonces para pagar los sueldos a sus empleados, cubrir sus costos, y además ser rentable?... ¡Muy difícil!... Y más difícil va a ser aún si de pronto, como realmente está ocurriendo, al gobierno no se le ocurre mejor idea que abrir las importaciones de bienes que se producen en el país y usted tiene que competir con productos de China, Tailandia, u otros países que rozan el trabajo esclavo y pueden producir a costos extremadamente bajos permitiéndoles vender sus productos a un valor muy por debajo del suyo.

Pues esto es lo que está ocurriendo en Argentina. Tómese 15 minutos y vea este video, se lo explicará mucho mejor que yo:

Pero tranquilos, en el segundo semestre todo va a mejorar... ¿O no?... La verdad, y esto es entre usted y yo (no diga nada por favor), tengo serias dudas de que esto vaya a ocurrir. Y menos confianza me despiertan aún las declaraciones de la Vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, que acaba de afirmar con total frescura que "la salida hacia la mejora económica será recién en 2017". ¡Repámpanos, ahora hay que esperar 6 meses más!

La funcionaria completó su "profecía" (que en esencia es un remiendo de la profecía fallida del presidente) diciendo: "Siempre decimos que vamos a empezar a ver algunas luces este año que nos indican que estamos en un túnel duro y difícil pero que tiene salida. Y que estamos yendo para la salida y no para cualquier lado. Pero también es cierto que esa salida va a ser el año que viene.".

Bien, aceptémoslo, la recuperación no va a llegar este año... Ahora bien, si usted se toma el trabajo de analizar las declaraciones de la señora Michetti con detenimiento, quizá coincida conmigo en que aparte de haberse expresado bastante mal los términos usados son un tanto sugerente.

Repacemos juntos: ella dice "vamos a empezar a ver algunas luces que nos indican que estamos en un túnel duro y difícil pero que tiene salida" y más tarde agrega que "estamos yendo para la salida"... Mmmm... a qué me suena esto,... lo pienso y lo pienso y la única imagen que viene a mi mente es la de un retrete y todos los argentinos siendo "evacuados" por ese "túnel duro y difícil" como se suele hacer con los desechos humanos (porque todo indica que para "ellos" valemos poco menos que eso). Y sí, tiene razón, es posible que veamos la luz al final,... pero esa luz que vemos es el fin del túnel, la alcantarilla donde terminaremos todos los argentinos si no reaccionamos a tiempo.