Como todo el mundo sabrá ya, se han producido elecciones en España para el Congreso de los diputados.El resultado también es bien sabido por todo el mundo: el Partido Popular, con Mariano Rajoy al frente, las ha ganado aumentando su apoyo de forma inesperada y no se ha producido el vaticinado crecimiento de Unidos Podemos, que amenazaba con convertirse en la segunda fuerza política en España.
Sin embargo, lo más llamativo de los resultados ha sido la gran discrepancia que ha habido entre las diferentes encuestas previas, que vaticinaban un conjunto de resultados bastante similares entre sí, y los resultados que finalmente se han producido.
Principalmente, la mayoría de sondeos (con pequeñas diferencias entre sí) indicaban que el Partido Popular alcanzaría resultados más o menos similares a los de las pasadas elecciones de diciembre de 2015, mientras que el partido Unidos Podemos superaría significativamente al PSOE y alcanzaría más de 90 escaños (al final, solo ha conseguido 71, quedando por debajo de los 90 del PSOE, mientras que el Partido Popular ha incrementado notablemente sus apoyos, superando en 14 escaños los resultados de las anteriores elecciones).
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Esas enormes discrepancias han provocado que muchas personas en las redes sociales hayan empezado a pedir dimisiones entre los responsables de las empresas encargadas de los sondeos pre-electorales.
El razonamiento generalizado, compartido tanto entre los votantes como entre los analistas y los tertulianos, ha sido:
"todas las encuestas han fallado estrepitosamente y los culpables son los encargados de los sondeos".Pero sospechosamente, nadie se ha hecho una pregunta clave:
¿qué probabilidades hay de que todos los sondeos, realizados por diferentes empresas y organismos, se equivoquen en la misma dirección y con los mismos parámetros aproximados?
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Tengamos en cuenta que cada vez que un organismo o una empresa hace un sondeo, se realiza una selección de personas, siguiendo determinados criterios sociológicos y demográficos, para que estadísticamente, esa muestra de personas reflejen al conjunto del universo de la encuesta: en este caso, la población en edad de votar en España.
En cada caso, las empresas o organismos que realiza los diferentes sondeos, seleccionan a grupos diferentes de personas que permanecen en el anonimato; la identidad de las personas pertenecientes estos grupos, no son compartidas con las otras empresas u organismos encargados de realizar sondeos, de manera que cada muestra es independiente entre sí.
Así pues, la única explicación razonable para que se haya producido una discrepancia tan grande entre esos sondeos y los resultados finales, es que los votantes sondeados hayan mentido al responder durante las diferentes encuestas.
Y este es el punto clave que a todo el mundo debería hacerle sospechar:
¿como puede ser que todos los diferentes conjuntos independientes de personas seleccionadas por los encuestadores, hayan engañado en la misma dirección y de la misma manera, provocando que todos los sondeos pre-electorales sean tan parecidos entre sí?Tengamos en cuenta que el engaño en una encuesta, es el reflejo de una acción personal: un individuo concreto decide unilateralmente que al ser preguntado, engañará al encuestador.
Esa persona que engaña en el sondeo, de hecho, realiza dos acciones:
primero, decide que no dirá la verdad al ser preguntado, aunque con dicho engaño no consiga ningún beneficio directo y tangible; y
segundo, elige qué mentira va a soltarle al encuestador.
Y solo existen dos explicaciones para que la misma proporción de individuos diferentes e independientes entre sí, decidan engañar a los encuestadores y decidan además engañarlos siguiendo los mismos parámetros:
- Explicación UNO: Fenómeno sociológicoSegún esta explicación, se estaría produciendo un fenómeno sociológico mediante el cual, estadísticamente, existirían personas que engañarían en las encuestas siguiendo los mismos parámetros.
En este caso concreto, este fenómeno sociológico nos indicaría que una buena proporción de los votantes del PP (y en menor proporción del PSOE), se dedicarían a mentir en las encuestas para ocultar su voto, puesto que estas discrepancias tan notables no se observarían en las previsiones realizadas para otros partidos.
Es decir, habría varios cientos de miles de votantes del PP (y muchos menos del PSOE), que de forma personal e independiente, decidirían mentir en las encuestas y decir en los sondeos, por ejemplo, que iban a votar a Unidos Podemos.
Sin embargo, prácticamente no existirían votantes de Unidos Podemos o de otras formaciones políticas que indicaran en la misma proporción que iban a votar falsamente al PP, engañando en las encuestas e inflando sus expectativas electorales.
De lo que podríamos acabar deduciendo que, sociológicamente, gran parte de los votantes del PP son individuos mentirosos de por sí, lo que indicaría una correlación entre el hecho de ser votante del Partido Popular y ser una persona poco fiable, abocada al engaño y la mentira.
Por si eso fuera poco, esta notable proporción de votantes del Partido Popular, engañarían masivamente en las encuestas siguiendo los mismos parámetros, algo que indicaría además una extraña uniformidad mental, que iría mucho más allá de lo razonable.
Pero si siguiéramos esta hipótesis, el fenómeno social sería aún más grave de lo que parece: y es que esta gran cantidad de votantes del PP no solo serían unos mentirosos compulsivos, sino que además serían unos cobardes que ocultarían su intención de voto como si estuvieran afectados por algún tipo de sentimiento de culpabilidad por el hecho de votar a quien votan. Y esta asunción de culpabilidad solo podría justificarse bajo el hecho de que realmente estos votantes de PP, consideraran que las acciones de su partido son lo suficientemente indignas como para llegar a ocultar que votan por dicha formación.
De lo que se podría deducir que estos votantes del PP serían capaces de seguir votando a su partido a pesar de avergonzarse de las acciones que éste realiza, lo que indicaría que entre gran parte de estos electores, habría un bajo sentido de la moralidad y de la ética.
Pero aún sería peor: también se podria deducir además que gran cantidad de los votantes del PP, a nivel individual, podrían ser considerados además como personas potencialmente traidoras, puesto que la traición nace de la combinación entre ocultación y cobardía.
Lo cierto es que independientemente de las inclinaciones políticas de cada uno y por más contrario que uno pueda ser a las políticas del Partido Popular, se hace muy difícil concebir que pueda existir una correlación directa a nivel psicológico, entre ser votante de un partido determinado (en este caso el PP) y ser un mentiroso compulsivo, tener un bajo sentido de la moralidad y ser un cobarde y un traidor potencial.
En todo caso, si esta correlación existiera, entonces el país tendría un gravísimo problema porque serían millones de personas las que estarían afectadas por esta síndrome psicológica.- Explicación DOS: Conspiración para engañarUna segunda explicación posible para justificar que la misma proporción de individuos diferentes e independientes entre sí, decidan engañar a los encuestadores y decidan además engañarlos siguiendo los mismos parámetros, sería que realmente exista una consigna entre todos esos individuos que deciden engañar en las encuestas, para provocar que en todos los sondeos se llegue a conclusiones erróneas similares.
En este caso, estaríamos hablando de una conspiración de grandes proporciones, en la que estarían implicadas cientos de miles de personas dispuestas a alterar los sondeos de forma coordinada.
¿Alguien en su sano juicio puede creer en una conspiración de tales proporciones? ¿Y en todo caso, para qué? ¿Solo para alterar los sondeos pre-electorales?
Reunamos pues, estas dos hipótesis recientemente expuestas con las otras opciones posibles que nos permitan explicar el por qué de las extrañas discrepancias entre los sondeos y los resultados finales en las elecciones españolas y con ello tendremos 5 hipótesis potenciales:
PRIMERA: una proporción muy superior a la media de votantes del PP son unos mentirosos compulsivos.
SEGUNDA: existe una conspiración oculta conformada por individuos potencialmente encuestables, para engañar en los sondeos y distorsionar encuestas independientes entre sí, para que ofrezcan los mismos resultados engañosos.
TERCERA: violando todas las leyes de la probabilidad, todos los sondeos a grupos diferentes de personas independientes entre sí y realizados por diferentes organismos y empresas demoscópicas, han coincidido en sus resultados erróneos durante días siguiendo los mismos parámetros, de forma completamente casual.
CUARTA: todas las empresas encuestadoras habrían conspirado conjuntamente, para ofrecer resultados similares falsos en todos los sondeos pre-electorales, alterando con ello la percepción y las expectativas de los votantes.
Y
QUINTA: los resultados electorales han sido amañados de alguna manera durante el recuento.
En tal caso, los sondeos previos independientes entre sí, reflejarían la intención real de voto en España y la discrepancia con el resultado final se debería a una conspiración para amañar el resultado de las elecciones, en el que podrían estar implicados altos poderes del Estado e incluso grandes grupos de comunicación.
A priori, ya sabemos que esta quinta hipótesis será rechazada por la gran mayoría de la población.
Si ahora preguntásemos a tertulianos, expertos o académicos, nos dirían que pensar en una conspiración para amañar las elecciones, es una
"teoría de la conspiración sin fundamento"...sin embargo, esas mismas personas son capaces de tragarse sin pestañear que todos los sondeos previos se hayan equivocado de la misma manera y en proporciones similares, lo que implica que estas personas tan cabales, creerían inconscientemente en cualquiera de las cuatro hipótesis expuestas anteriormente.
Alguien debe decirlo alto, claro y sin tapujos de una vez por todas: aquí hay algo que apesta.No encontramos una explicación razonable para el hecho de que exista una discrepancia tan notable entre los sondeos previos y los resultados electorales finales.
Y echarle las culpas a los encargados de realizar los sondeos sin hacerse más preguntas al respecto, parece una actitud de lo más superficial, algo muy poco adecuado cuando estamos hablando de dirimir el futuro de todo un país.
Saludos.
Que en España siempre se han amañado las elecciones en mayor o menor medida eso es un hecho. Ya desde que estaba Fraga en la Xunta de Galicia había irregularidades gordas como por ejemplo mayor número de votos que de votantes censados, irregularidades con el voto de los emigrantes en Latinoamérica y Suiza, votos póstumos venidos del "más allá", irregularidades con el voto por correo (ya en el 20 D cogieron a una concejala del PP llevando montones de votos presumiblemente de ancianos de una residencia), irregularidaes con la recepción de papeletas en domicilio (como ya dije este último sábado), acarreo de votantes de la 3ª edad en estado senil (de hecho hay un video de estas últimas elecciones que muestra como una "voluntaria" de Cáritas lleva a una mujer a votar que no sabe ni en que día vive, otro clásico. Link del video --| [Enlace] ). Y eso que sólo hablo de Galicia, pero no quiere decir que no pase en el resto de comunidades, lógicamente. También hubo quejas por parte de los españoles en el extranjero de las trabas en los trámites y lo ajustado de los plazos entre la recepción de los papeles para poder votar y efectuar el voto. Ya en las elecciónes del 20D se calcula que gracias a esas trabas el Psoe consiguió mantenerse como segunda fuerza política gracias al cerca de medio millón de votos perdidos de votantes en el extranjero que seguramente serían para Podemos y que habrían cambiado bastante el panorama de pactos de este primer semestre del año. Durante estas últimas elecciones se volvieron a leer las quejas de los emigrantes por los mismos motivos, más de lo mismo.
Ya no es tan sólo este tipo de artimañas sino que también hay fallas graves en los procedimientos para salvaguardar la integridad de los votos durante el proceso. Me explico. Pongo ahora una carta textual de un presidente de mesa en Barcelona que se publicó en varias webs, entre ellas la del Diario Público del 27/6
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"Lo siento, es largo, pero si no lo digo reviento.
Hace un rato que he llegado a casa después de ser presidente de una mesa electoral en Barcelona y aún estoy alucinando. A parte de varias irregularidades que no detallaré para no alargarme, pero que demuestran las enormes fallas del sistema, he alucinado con un montón de cosas.
Primero: después del recuento, faltaban un par de votos que no aparecían. La responsable de la junta electoral insistía en que "eso es normal, nunca cuadra". Yo le he dicho que tenía que cuadrar, a lo que dice, "es igual, en este caso los votos que no se encuentren se ponen en blanco y ya está". Luego se ha unido a la fiesta el Apoderado del PP, que insitía en declarar los votos que faltaban como votos en blanco, "vamos, lo que se hace siempre". Yo les he dicho que no, que además, "cómo lo voy a cuadrar luego" y ahí ha venido mi primera sorpresa, me dicen “qué cuadrar?, si ahora cuando firmes el acta todos estos votos van a la basura” y digo “¿cómo? ¿No los tengo que llevar al juzgado escoltado por la policía?” y me dicen, “claro que no, tú a los juzgados llevas solo las actas con los resultados finales” Es decir, pensad en un pueblo o ciudad pequeña de esas de la España profunda donde todos se conocen, se juntan los tres de la mesa y rellenan lo que les sale de los huevos porque no hay que entregar luego los votos para demostrar nada. De hecho, si hubiera querido, yo mismo hubiera alterado los resultados, pues en muchos ratos del día hemos estado solos en la mesa dos personas.
Luego viene el cachondeo del voto por correo: a primera hora te entregan un fajo de sobres con los votos por correo, pero a la hora de la verdad, el control es mínimo, por no decir en algún momento nulo. Quién me dice que en uno de esos pueblos de la España profunda no cogen todos los sobres de correo y los cambian por otros. Están todo el día encima de la mesa y nadie los custodia.
Y para acabar, el cachondeo del escrutinio del Senado… Dejando de lado que la mitad de la gente no sabía qué tenía que votar, ni quiénes eran los que se presentaban, ni para qué sirve eso (especialmente la gente mayor, que preguntaban dónde tenían que poner la X, como si fuera un formulario de Hacienda)… Dejando de lado todo eso, el escrutinio es insultantemente ridículo: ¿os acordáis de cuando elegíais delegado de clase en el cole? Se iban poniendo nombres y se marcaba una X cada vez que a alguien se le votaba. Luego se sumaban las X y listos. Pues así pero con una lista de más más de mil X. Además, como se pueden marcar “hasta 3 casillas”, hay quien sólo marca una o dos, con lo que el número final de votos no tiene porqué coincidir con el número total de votantes.
Aquí es cuando he dicho “bueno, supongo que ahora si que guardaremos las papeletas con las X, es la única manera de demostrar que esto que pongo en el acta es cierto”. Pues bien, de nuevo me he quedado a cuadros: las papeletas del senado también van todas a la basura. Básicamente he estado poninendo “x” durante una hora y contándolas después y NADIE HA COMPROBADO que estuviera bien, entre otras cosas, porque me han dicho que esto nunca se comprueba porque sería imposible. Es decir, que si hubiera querido me hubiera inventado los resultados del Senado y no hubiera pasado nada!! Finalmente, he cogido las actas, las he metido en un sobre y me las he llevado yo mismo a los juzgados en moto. Total, en los sobres no hay ninguna papeleta para comprobar que lo que pone en ellas es cierto…
Vamos, que supongo que ahora entenderéis mejor porqué gana las elecciones un partido corrupto y porqué no quieren hacer que el voto sea electrónico (sería mucho más barato, sí, pero demasiado fiable)"
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También es grave, pero estoy seguro de que esto no sólo queda aquí. No cuadra la suma de los votos escrutados y abstención relacionándolos con los datos de las elecciones del 2015. Anonymous manifestó públicamente la supesta teoría de la conspiración que aún está por demostrar, pero no carece en absoluto de lógica:
[Enlace]
Lo que yo pienso. Si ya han hecho lo que han hecho y lo que no sabemos que hacen y estarán haciendo, que seguramente es mucho peor que lo ya sabemos que hacen... Qué no habrán hecho ya para que impedir que Unidos Podemos entre en el gobierno y les desmonte el chiriguito de trileros, hecho de cartón, de dos patadas (como bien dijo Don Julio Anguita en su momento). Me fío menos de ellos que de un billete de 3 euros, la verdad...