syrians support putin
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Si acaso usted es miembro de la "comunidad internacional" - es decir, si vive en América del Norte, Europa o Australia/Nueva Zelanda - quizás haya notado un cambio sutil en los últimos años sobre lo que usted "sabe" de Rusia y su presidente, Vladimir Putin. De ser simplemente un país que le gustaría visitar un día, Rusia y su líder se han transformado en la fuente de gran parte de los problemas del mundo.

Cosas como "la agresión rusa en Europa", "la anexión de Crimea y el fomento de la guerra civil en Ucrania"; y "derribar aviones de pasajeros", "piratear la democracia estadounidense", "bombardear a civiles inocentes y hospitales" (y conejitos), "crear la crisis de refugiados europea", así como tener el monopolio del "dopaje patrocinado por el Estado" y "apoyar a los terroristas en Siria'; no parece haber casi nada que Rusia no haya hecho para destruir el planeta por completo.

Por supuesto, el lector astuto habrá notado que la mayoría de estas acusaciones provienen de políticos, expertos políticos y periódicos estadounidenses.

En las últimas semanas, el nivel de hostilidad antirrusa que sale de lugares como el Departamento de Estado de Estados Unidos ha llegado a un punto tal que todos podemos ser excusados por tomar clases de yoga en previsión del momento en que debemos realizar la maniobra necesaria para darnos un beso de despedida en nuestro trasero colectivo, ante una conflagración nuclear mundial.

Pero la amenaza existencial de una "guerra caliente" entre Rusia y los EE.UU. es más bien el contenido de las pesadillas y la propaganda, que la realidad. La realidad es que el "excepcional" EE.UU. está completamente sin opciones, incluyendo la nuclear, en lo que respecta a impedir el surgimiento de Rusia como una gran potencia mundial con influencia global.

putin kremlin
En el transcurso de los últimos 70 años, EE.UU. y sus aliados han llegado a controlar (por un medio u otro, y de una forma u otra) la mayor parte del planeta, con la notable excepción de Rusia y China. Cuando la Unión Soviética "cayó" en 1991, hubo mucho júbilo y expectación en los pasillos del poder en EUA - júbilo porque el capitalismo había triunfado en el "choque de civilizaciones", y la expectación de una gran ayuda para las corporaciones multinacionales estadounidenses; ya que los vastos recursos energéticos de Rusia se "abrirían" [para la explotación - NdT]. Durante la década de 1990, agentes occidentales realizaron decididos esfuerzos para tomar el control de los recursos de Rusia. Pero entonces llegó Vladimir Putin.

Elegido como presidente en 2000, Putin estropeó el saqueo de Occidente, expulsó o incorporó a los oligarcas rusos y a sus amigos occidentales, y progresivamente tomó de nuevo el control de Rusia, de sus recursos y de su pueblo. Pero proteger el territorio nacional era sólo el primer paso para un presidente con el "andar de pistolero". Putin también se embarcó en una tranquila pero profunda modernización de las fuerzas armadas de Rusia, a la vez que destacaba el interés de su país en la cooperación con Occidente y era agradable con los políticos occidentales.

Pero el capitalismo militarizado y depredador de Occidente todavía tenía la mira en Rusia, y la asunción en Washington era que Rusia finalmente capitularía ante el hecho consumado del Nuevo Siglo Americano. Después de todo, la "globalización" liderada por Estados Unidos había hecho casi imposible que cualquier país forjara un camino independiente; incluso Rusia, con sus vastos recursos de petróleo y gas (de los que depende Europa), no podía ignorar la realidad política del control imponente de Washington.

Si Rusia necesitaba un recordatorio, el mismo estaba disponible en la forma de esfuerzos de desestabilización por parte de las ONG de la "sociedad abierta", respaldadas por Occidente, dentro de Rusia; y el hecho evidente de la completa sumisión de Europa a los dictados de Estados Unidos. Además, constantemente le estaban echando en cara a Putin la proeza militar de Estados Unidos con la expansión continua de la OTAN en Europa del Este.

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Nuland y Pyatt entregan galletas en Kiev, Diciembre de 2013.
Para el año 2013, y para frustración de Washington en gran medida, Putin aún sostenía el concepto obsoleto de la soberanía nacional y el derecho de Rusia de ampliar su influencia y sus asociaciones en el extranjero, en particular en Siria e Irán. Así que Washington decidió que se necesitaba un mensaje claro para "hacerle seguir el programa". Esa advertencia se produjo a principios de 2014, bajo la forma de un golpe de Estado apoyado por Occidente en Ucrania; aliado por muchos años de Rusia e históricamente el "país amortiguador" contra la OTAN.

Se instaló un régimen cliente embarazosamente prooccidental en Kiev; con la clara implicación de que pronto le negarían a Rusia el acceso a su histórico puerto del Mar Negro, en Sebastopol, que facilitaba el acceso naval ruso en el Mediterráneo. Es muy probable que uno de los objetivos del golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos en Ucrania era distraer y retrasar a Rusia en la toma de un papel militar activo en Siria; ya que tan sólo unos meses antes, Rusia había negociado un acuerdo diplomático para eliminar las reservas sirias de armas químicas, evitando así un "choque y conmoción*" en Siria en el último momento.

[*"Choque y conmoción" hace referencia a la operación inicial de bombardeos y ataques contra Irak que fuera denominada "Shock and Awe", caracterizada por el uso de mucha fuerza y con la intención de causar verdadero espanto. - NdT]

El golpe de Estado en Ucrania fue como "un paso demasiado lejos" para Rusia y, cuando millones de personas de etnia rusa en Crimea retrocedieron ante la idea de ser gobernados y abusados por marionetas neonazis en Kiev, Rusia facilitó un referéndum sobre la independencia/adhesión, y Crimea, junto con el puerto del Mar Negro de Sebastopol, se convirtió en una parte de Rusia con el apoyo del 96% de los votantes. Cuando los étnicos rusos en el este de Ucrania reaccionaron de la misma manera que Crimea y exigieron su independencia y la posible adhesión a la Federación de Rusia, el gobierno ruso aseguró que ellos al menos tuvieran los medios para defenderse del ataque de Kiev.

Washington, por supuesto, estaba indignado ante la idea de que cualquier Estado-nación se atreviera a desafiar su derecho "excepcional" de actuar a nivel mundial como lo considere oportuno, incluso cuando esto significaba destruir esa nación por completo. Pero el punto que se le quedo claro a Washington fue que Rusia no sólo estaba en condiciones de defenderse a sí misma en casa, sino también sus intereses en el "extranjero cercano".

Para cualquier estudiante serio en historia, debería ser evidente que la supremacía estadounidense se basa en la manipulación, la coacción, las amenazas y los ataques físicos contra aquellos que no pueden defenderse. Sin embargo, el objetivo principal de la prensa occidental ha sido ocultar este hecho al público en general, mientras que promocionan el "humanitarismo" de Estados Unidos. Cuando se tiene el control completo de las ondas de radio, es fácil tergiversar lo que es un tiro al blanco contra un ejército inferior, y la posterior apropiación de recursos contra una población indefensa; como si se tratara de la liberación de personas en una guerra por la libertad contra un "dictador brutal".

Pero Washington no se esperaba que incluso esos pocos países que evitaron ser convertidos en vasallos del Imperio, al igual que Rusia, estén en una posición (o tengan la temeridad) para desafiar directamente el "interés nacional" de Estados Unidos por controlar el mundo. Cuando Rusia lo hizo en Ucrania, el mundo tuvo su primer vislumbre de la verdad detrás de la supremacía estadounidense; y a partir de este momento, la suprema confianza e ilusión de los políticos norteamericanos se convirtió en su mayor debilidad.

putin obama crimea
© thepeoplescube.com
Luego de haber sido jaqueado en Ucrania y de denunciar en voz alta le "anexión" rusa de Crimea, se podría pensar que esta era la oportunidad para que EE.UU. bombardeara a Rusia con una bomba nuclear; o por lo menos comenzara a preparar el terreno para tal cosa. Pero al parecer esa no era una opción. Sin duda, un enfrentamiento militar más convencional era posible y tendría éxito en poner a Rusia de nuevo en su lugar, ¿no es así? Una flota de aviones de combate y buques que navegan por el Mar Negro para liberar a Crimea debería haber resuelto el problema, ¿verdad? Parece que esa opción tampoco estaba "sobre la mesa".

Claro que no, lo que se les ocurrió a las mentes brillantes en el Pentágono - con todas las fibras de músculo militar de Estados Unidos a su disposición - como respuesta al golpe en la cara que recibieron con lo de Ucrania, fue un montón de insultos, acusaciones sin fundamento y la difamación de todos los tipos imaginables en contra de Rusia. Incluso fueron tan lejos como para derribar un avión de Malasia sobre el este de Ucrania y echarle la culpa al mismo Putin, una medida desesperada y despreciable destinada a generar materia prima para el molino negro de la propaganda antirrusa.

A Washington le ganan la partida en Siria

Para mediados del verano de 2015, se había restaurado una calma relativa en el este de Ucrania, pero el conflicto en Siria todavía estaba en su apogeo. Lanzado en 2011 por "rebeldes" armados con el objetivo de derrocar al gobierno sirio, el brote de esta "guerra civil" no tenía nada que ver con el pueblo sirio. En lugar de ello, en el transcurso de un año, Siria se inundó de mercenarios extranjeros provenientes desde decenas de países, todos muy bien armados y organizados.

Exactamente, quién facilitó su traslado a Siria es aún desconocido, aunque se sabe que muchos vinieron de Libia, que había sido destruida por las fuerzas de la OTAN en 2011, y parece más bien una coincidencia que la 'crisis de refugiados', que implica el tránsito de cientos de miles de personas a través de la frontera con Siria, explotaron alrededor del mismo tiempo.

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© The PeoplesCube.com'Toyota Akbar!'
En uno de los episodios más visiblemente ridículos de las intervenciones de la política exterior estadounidense (por lo menos desde 1979 en Afganistán), el Departamento de Estado de Estados Unidos - que había estado catalogando a Assad de "dictador brutal" durante al menos 2 años - declaró que los del ejército yihadista extranjero eran "luchadores por la libertad". Para el año 2014, luego de que los militares de Siria celebraran su propia reelección en la que Assad ganó con una victoria aplastante y acerca de la cual los observadores internacional estuvieron de acuerdo en que fue libre, justa y transparente; apareció el EI, totalmente formado y preparado para la batalla, y se unió a la guerra de EE.UU. en contra de Siria y su gente.

Nacido de al-Qaeda en Irak, bajo al-Zarqawi, que a su vez fue en parte una creación del ejército de Estados Unidos, el "EI" y "al-Nusra" (también conocido como "al-Qaeda en Siria"), se unieron bajo la bandera negra del "Islam" pirata; han sido armados y protegidos por las fuerzas de Estados Unidos en Siria y utilizados para lograr el objetivo imperial de Estados Unidos de tomar el control del país. Increíblemente, la lucha contra estos mismos grupos terroristas fue presentada como la razón de la presencia militar de Estados Unidos (encubierta al principio, pero ahora abierta) en Siria.

Por lo tanto, no fue sorprendente que, a lo largo del 2014 y la mayor parte del 2015, mientras el EI arrasaba hacia el oeste a través de Siria y se atribuía la responsabilidad por una serie de brutales asesinatos en masa en Europa y Oriente Medio, la cacareada coalición liderada por Estados Unidos no hizo nada para frenar su avance. Como resultado, en el verano de 2015, el ejército sirio estaba siendo muy presionado por los terroristas de Washington, y el futuro del gobierno de Assad estaba en duda.

Dado que cada vez se veía como más probable una campaña de bombardeos de la OTAN (una repetición de lo sucedido en Libia en 2011) para deponer a Assad, Rusia optó por intervenir para proteger sus intereses estratégicos en la región y librar a Siria de los yihadistas de Estados Unidos. De este modo, Rusia exigió que EE.UU. rindiera cuentas por la "lucha contra los terroristas" en Siria, y también eliminó cualquier duda restante acerca de que EE.UU. y sus aliados han sido, de hecho, patrocinadores de los terroristas islámicos durante mucho tiempo.

"Guerra caliente" entre Estados Unidos y Rusia

¿Qué tan lejos llegará esto? La sugerencia de que el conflicto sirio podría "salirse de control" y terminar en una guerra nuclear entre EE.UU. y Rusia no es creíble, por varias razones. Las personas que dirigen la política exterior de Estados Unidos son personas enfermas, fundamentalmente. Su deseo insaciable de primer orden es la riqueza y la ilusión de poder que ésta les otorga. Una guerra nuclear mundial haría que la riqueza y el poder no estén disponibles para ellos debido a que la mayoría de las personas y la infraestructura que les proporciona dicha riqueza y poder habrían desaparecido.

El único escenario plausible en el que EE.UU. lanzaría un ataque nuclear contra Rusia sería si los gallinazos en Washington se sintieran seguros de su capacidad de "primer golpe", es decir, que Rusia no pudiera devolver el golpe. Es ampliamente aceptado, incluso en los pasillos del poder en EE.UU., que esto no es posible. Pero incluso si lo fuera, el preludio de un ataque de este tipo, sin duda, implicaría una agresión severa de EE.UU. en contra de Rusia; porque lo haría con la certeza de que podría lanzar una bomba nuclear contra su adversario inferior en cualquier momento. Hasta el momento, esto no ha sucedido, lo que indica que tal acción pondría en peligro la hegemonía de Estados Unidos.

S-400 Triumf
© Sputnik/Alexander VilfExhibición en la Plaza Roja del S-400 Triumf. Hay muchos más en camino.
En su enfrentamiento sobre Siria, hemos visto nuevamente que no hay evidencia de que EE.UU. tenga este nivel de confianza en sí mismo. De hecho, lo opuesto es la verdad. Como ya se ha señalado, en sus ataques verbales y su propaganda negra contra Rusia, los políticos estadounidenses parecen más histéricos cada día. Se lanza cada insulto imaginable, y cada uno de ellos es demostrablemente falso. Este no es el comportamiento de un país que siente que tiene todas las cartas, sino más bien de uno que se siente que está a punto de perder, y perder grandiosamente.

Entonces, ¿qué podemos esperar de EE.UU. próximamente? Los ruidos que salieron del Pentágono recientemente sugieren que están pensando en atacar directamente al gobierno y al ejército de Siria. Si embargo, es muy dudoso que en la realidad puedan hacer eso con impunidad. Después de haber visto la forma en que EE.UU. maneja el "cambio de régimen" en países como Irak y Libia, no quedan dudas de que Rusia ha anticipado tal escenario.

Rusia ha instalado sistemas de misiles antiaéreos S-400 en su base aérea Hmeimim, en Latakia, al noroeste de Siria. Esta semana un sistema S-300 fue entregado más al sur, a la base naval rusa en Tartus; para "garantizar la seguridad de la base naval [allí] y las naves ubicadas en la zona costera". Estos sistemas están diseñados para defender de aviones, cruceros y misiles balísticos; y tienen un rango de 250 y 400 kilómetros.

Yo he sospechado desde hace tiempo que los rusos han instalado algo más que estos dos sistemas de misiles en Siria. Hoy mismo, el Ministerio de Defensa ruso confirmó mi sospecha, advirtiendo a los EE.UU. que hay "numerosos", sistemas de defensa aérea S-200, S-300, S-400 y BUK instalados y en funcionamiento en Siria, y que serán utilizados para proteger a los soldados rusos y sirios que los operan, así como a los militares que están distribuyendo ayuda humanitaria en todo el país. "Por lo tanto", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el General Igor Konashenkov,
"Cualquier misil o ataque aéreo en el territorio controlado por el gobierno sirio creará una clara amenaza a los soldados rusos. Los operadores de sistemas de defensa antiaérea rusos probablemente no tendrán tiempo para determinar en una "línea recta" las trayectorias de vuelo exactas de los misiles y, luego, a quién pertenecen las ojivas. Y todas las ilusiones de los aficionados sobre la existencia de aviones "invisibles" se enfrentarán a una decepcionante realidad".
Por lo que Rusia ha estacionado sistemas similares en otras zonas de Siria, y algunos de ellos están bajo el control del ejército sirio. Si EE.UU. elige atacar al ejército sirio, entonces Siria estará en condiciones de defenderse a sí misma, lo que significa que serán derribados aviones estadounidenses. Debido a su imagen cuidadosamente elaborada de que son "la única súper-potencia mundial"- una imagen que debe mantenerse intacta, a toda costa - el derribo de tan solo un avión de guerra estadounidense sería un golpe psicológico grave para Estados Unidos. Y esto va mucho más allá del prestigio militar: un pequeño golpe tan duro como ese podría ser suficiente para "sacudir la confianza del mercado" y causar graves daños al dólar como "moneda de reserva mundial". A pesar de su bravuconería y su trastorno psicológico, los "creadores de realidad" de Estados Unidos, sí recuerdan con cautela e intuitivamente, a cada paso, que deben proteger, reforzar y proyectar esa ilusión de invencibilidad.

El Imperio va desnudo

Todo el rollo de Estados Unidos desde el 11-S ha sido el de "proyectar" su poder militar y por lo tanto impedir, por adelantado, que cualquier adversario perpetre maniobras militares que potencialmente irían en contra de sus intereses. Frases como "postura de fuerza" y "proyectar la fuerza a regiones periféricas" son rociadas liberalmente en todos los infames documentos del PNAC (Proyecto para el Nuevo Siglo Americano) desde la década de 1990.

Un almirante estadounidense recientemente hizo una clara demostración de este punto cuando declaró que las costas de Rusia y China ya no serían "zonas prohibidas" para la Marina de los Estados Unidos. Las zonas a las que antes el Pentágono había marcado previamente como "A2/AD" ("anti-acceso/zona de negación") - es decir, en esencia, que sus buques y otros equipos militares son como patos flotantes en esas zonas -, a partir de ahora el Pentágono las considera, por fines de comunicación (es decir, propaganda dirigida a los adversarios, y también al público americano), como mucho más accesibles, ya que, según sus propias palabras:
"No tengan ninguna duda, la Marina de Estados Unidos está preparada para ir a donde tenga que ir, en cualquier momento, y permanecer allí durante el tiempo que sea necesario en respuesta al llamado de nuestros líderes a proyectar nuestra influencia estratégica".
En otras palabras, en respuesta a que le hagan un jaque mate en Siria, ellos están afirmando que el ejército de Estados Unidos puede ir a cualquier lugar que quiera, y hacer lo que quiera, no porque en realidad sea capaz de hacerlo, sino porque quiere ser visto como capaz de ello. En resumen, Estados Unidos debe proyectar la ilusión de ser todopoderoso.

Rusia está en ascenso ahora, por lo que puede empezar a dictar las condiciones. Ayer mismo, el gobierno ruso anunció que se retiraba unilateralmente de un tratado bilateral con EE.UU. sobre la eliminación de plutonio de las ojivas nucleares fuera de servicio; citando repetidas violaciones del acuerdo por parte de Estados Unidos. No sólo eso, Rusia no va a volver a comprometerse con el tratado hasta que EE.UU. cumpla con las siguientes exigencias:
  • Washington debe reducir su presencia militar en los estados miembros de la OTAN a la cantidad que se encontraban en el momento de la firma del acuerdo de eliminación de plutonio el 1 de septiembre de 2000.
  • Derogación de todas las sanciones contra las regiones, las personas y las empresas rusas, introducidas por EE.UU. por la respuesta de Rusia al golpe de Kiev; así como el pago de una indemnización por los daños causados por estas sanciones, incluyendo los daños causados por las sanciones de contramedida que Rusia se vio obligada a imponer a los gobiernos y empresas occidentales.
Frente a estas realidades desagradables, cuidadosamente elaboradas por la diplomacia rusa y la estrategia militar superior, Washington probablemente recurrirá a la explotación de su ejército yihadista mediante el suministro de "MANPADS" antiaéreos en un intento vano de crear su "zona de exclusión aérea" tan deseada y lograr su objetivo de tomar el control de los recursos sirios.

Pero ni Rusia, ni Siria son propensos a dar marcha atrás ante la grandilocuencia flagrante estadounidense, y si un avión ruso o sirio más es derribado por los yihadistas de Occidente, sin duda, le declararán la guerra a los mismos. El resultado será más llanto, crujir de dientes, fanfarronadas, bravatas y mentiras de Washington; y no mucho más

Así que en lugar de preocuparnos por ser aniquilados en una guerra nuclear, tal vez deberíamos estar mucho más preocupados por la posibilidad de que, a medida que continúan siendo burlados y superados por Rusia y su creciente grupo de aliados, los administradores del imperio americano en ruinas, en un intento final desesperado e inútil para retener el control de sus Estados vasallos, sus poblaciones y recursos, ataquen en todas las direcciones, creando años de caos, miseria y muerte de incontables millones de personas en todo el mundo, incluyendo un montón de "ataques terroristas" en Europa e incluso en el territorio de EE.UU.; con el fin de distraer a la población para que no vea la naturaleza ilusoria del poder de Estados Unidos.

En contraste, una guerra nuclear para acabar con todo de forma rápida, eventualmente podría parecer bastante atractiva.