estrés
A menudo, el estrés comienza con una preocupación o miedo, pero esos sentimientos de ansiedad, y tal vez incluso de pánico, producen un mayor impacto. Cuando se siente estresado, su cuerpo aumenta la producción de las hormonas del estrés, el cortisol, adrenalina y norepinefrina.

Esto desencadena una respuesta al estrés, y como si fuera una avalancha en una montaña, esto aumenta la intensidad y velocidad hasta que está listo para tener un ataque.

Por ejemplo, la adrenalina aumenta su ritmo cardíaco, lo que hace que su corazón lata más rápido, y finalmente, aumenta la presión arterial.

El cortisol podría interferir con la función del revestimiento interno de los vasos sanguíneos, lo que desencadena la acumulación de placa arterial y aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.

Mientras tanto, su cerebro se comunica con su intestino, al enviar la señal de que se encuentra estresado, y su intestino responde inmediatamente, al alterar la función que normalmente realizaría para que su cuerpo pudiera funcionar colectivamente para combatir este inminente estresor (ya sea que realmente sea o no un inminente factor estresor).

Esta respuesta al estrés podría ser muy beneficiosa si necesita huir de un depredador, o incluso quemarse las pestañas para hacer un examen largo. No obstante, las cosas se convierten en un desastre, cuando esta estresado todo o la mayor parte del tiempo.

Aunque, es normal e incluso saludable tener una respuesta ocasional al estrés, tener un constante estrés no lo es. Por el contrario, esto es receta para padecer una enfermedad, desde una enfermedad crónica hasta una infección aguda.

¿Qué ocurre cuando está crónicamente estresado?

En el video del enlace anterior, Sharon Bergquist, profesora de medicina en la Universidad de Emory, demuestra lo que sucede cuando su cuerpo se encuentra bajo estrés crónico. Digamos que pierde su trabajo o padece el trastorno de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) por el abuso que sufrió durante su infancia.

Las hormonas del estrés se liberan en exceso y muy frecuentemente. Su respuesta al estrés se desbalancea; y no es interrumpida. Como resultado, su sistema inmunológico sufre, y los cambios epigenéticos ocurren rápidamente.

El estrés desencadena una inflamación sistémica de bajo grado, y de repente la presión sanguínea aumenta, el asma se descontrola y continúa padeciendo resfriados. Esa cortada en su pierna no parece sanar, y su piel es un desastre.

Tiene problemas para dormir, y a nivel emocional, se siente como si estuviera a punto de llegar a su límite. Eso ocurre cuando nota que ha aumentado un poco de peso, y también, padece problemas digestivos. Incluso, esto le provoca problemas en su vida íntima.

Evidentemente, el estrés afecta a todo el cuerpo, pero de acuerdo con el neurobiólogo Robert Sapolsky, en el documental "Stress: Portrait of a Killer", los siguientes son los padecimientos más comunes, causados o empeorados por el estrés:
  • Enfermedad cardiovascular
  • Hipertensión
  • Depresión
  • Ansiedad
  • Disfunción sexual
  • Infertilidad y ciclos irregulares
  • Resfriados frecuentes
  • Insomnio y fatiga
  • Problemas de concentración
  • Pérdida de memoria
  • Cambios en el apetito
  • Problemas digestivos y disbiosis
Cómo el estrés interfiere con sus intestinos

El estrés crónico (y otras emociones negativas, como la ira, ansiedad y tristeza) podrían desencadenar síntomas y enfermedades estomacales totalmente desarrolladas. Como explicaron los investigadores de Harvard:1
"La psicología se combina con factores físicos, para causar dolor y otros síntomas intestinales. Los factores psicosociales influyen en la verdadera fisiología intestinal, al igual que los síntomas.

En otras palabras, el estrés (o la depresión u otros factores psicológicos) podría afectar el movimiento y las contracciones del tracto gastrointestinal, causar inflamación o hacerle más susceptible a las infecciones.

Además, la investigación sugiere que algunas personas con trastornos gastrointestinales funcionales perciben el dolor más agudamente que otras personas debido a que sus cerebros no regulan adecuadamente las señales de dolor del tracto gastrointestinal. El estrés podría hacer que el dolor que se manifiesta parezca aun peor".
La respuesta al estrés provoca una serie de eventos perjudiciales en su intestino, incluyendo:
  • Menor absorción de nutrientes
  • Menor oxigenación estomacal
  • Un menor flujo sanguíneo hacia su sistema digestivo, al menos cuatro veces más, lo que ocasiona un deterioro del metabolismo
  • Menor producción enzimática intestinal, ¡hasta en 20 000 veces!
Su intestino y su cerebro están en constante comunicación

Una razón por la que su estrés mental podría ser perjudicial para su intestino es porque su intestino y cerebro se comunican constantemente.

Además, su sistema nervioso entérico (ENS, por sus siglas en inglés) se encuentra incrustado tanto en su pared intestinal como en el cerebro de su cabeza, lo cual funciona tanto independientemente como en combinación con su cerebro.

Esta comunicación entre sus "dos cerebros" funciona en ambos sentidos, y es el proceso a través del cual—por ejemplo--los alimentos afectan a su estado de ánimo, o por qué la ansiedad podría enfermarle del estómago.

Jane Foster, Ph.D., profesora asociada de Psiquiatría y Neurociencias del Comportamiento de la Universidad McMaster, describió para Medicine Net las múltiples formas en que sus bacterias intestinales se comunican con su cerebro--y el rol que podría desempeñar el estrés.2
"... [L]as bacterias intestinales podrían alterar el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que podría afectar al cerebro. Además, estas participan en la digestión, y las sustancias que ellas producen cuando se descomponen podrían afectar al cerebro.

Y bajo ciertas condiciones, tales como el estrés o infecciones, las bacterias intestinales son posibles causantes de enfermedades, o bacterias malas, que podrían filtrarse a través de la pared intestinal y entrar en el torrente sanguíneo, lo que les permitiría--y a las sustancias químicas que producen—comunicarse con el cerebro, a través de las células que se encuentran en las paredes de los vasos sanguíneos

Asimismo, las bacterias podrían comunicarse directamente con las células en ciertas regiones cerebrales, incluyendo las que están localizadas cerca de las áreas involucradas con el estrés y estado de ánimo..."
Su cerebro y su corazón sufren cuando esta estresado

El estrés prolongado también puede dañar sus células cerebrales y hacerle que pierda la capacidad de recordar cosas. Las células cerebrales de las ratas estresadas son dramáticamente más pequeñas, especialmente en el área de su hipocampo, que es donde se centra el aprendizaje y la memoria.

El estrés afecta su sistema neuroendocrino e inmunológico, y parece desencadenar un proceso degenerativo en su cerebro que puede causar la enfermedad de Alzheimer.

El aumento de peso inducido por el estrés también es real, y normalmente implica un incremento en la grasa del vientre, que es la grasa más peligrosa que se puede acumular en su cuerpo, y aumenta su riesgo cardiovascular.

Durante los momentos de mucho estrés, su cuerpo libera hormonas como la norepinefrina, que incluso puede causar la dispersión de biofilms bacterianas de las paredes de sus arterias.3 Esta dispersión puede permitir que los depósitos de placa se rompan repentinamente, provocando así un ataque cardiaco.

Además, cuando el estrés se vuelve crónico, su sistema inmunológico se hace cada vez más insensible al cortisol, y dado que la inflamación está parcialmente regulada por esta hormona, esta menor sensibilidad aumenta la respuesta inflamatoria y permite que la inflamación se descontrole.4

La inflamación crónica es una característica distintiva de la enfermedad cardiaca y muchas enfermedades crónicas.

Consejos para superar el estrés

Manejar regularmente el estrés es crucial para casi todas las personas. Para algunas, esto podría incluir permanecer lejos de las personas negativas o excesivamente estresadas, o al menos no ver las noticias de la noche en caso de ser muy amarillistas, con el fin de evitar el estrés empático.

Sin embargo, cada persona se libera del estrés de una manera particular, según le agraden las técnicas de manejo del estrés y más importante aún, que le funcionen. Si un entrenamiento de kickboxing le ayuda a salir de tu frustración, hágalo. Si la meditación le agrada más, también está bien.

Incluso llorar de vez en cuando puede ser beneficioso, ya que las lágrimas que salen debido a una respuesta emocional, como la tristeza o felicidad extrema, contienen una alta concentración de hormona adrenocorticotrópica (ACTH)—una sustancia química relacionada al estrés.

Una teoría de por qué llora cuando está triste es que le ayuda a su cuerpo a liberar algunos de estas excesivas sustancias químicas de estrés, lo que le ayuda a sentirse más tranquilo y relajado.

Este domingo, podrá ver mi entrevista con James Redfield, autor de "The Celestine Prophecy", donde habla sobre la meditación y otros métodos para aliviar el estrés (y la motivación, que es importante, ya que el estrés crónico también puede afectar su motivación).

Un truco que el sugiere es meditar a primera hora de la mañana, incluso antes de levantarse de la cama, para aprovechar que su mente está en un estado relajado (aunque para otras personas es fácil meditar en otros lugares, como en el baño, por ejemplo).

Además, si siente que no tiene control, no tiene salida, siente que las cosas empeoran y tiene poco apoyo social, entonces es más vulnerable. Si no tiene un amigo o familiar en quien confiar, considere unirse a un grupo de apoyo local o incluso a un foro en línea.

También puede buscar apoyo profesional, así como utilizar las Técnicas de Libertad Emocional (EFT) para abordar las cicatrices emocionales existentes y los traumatismos que pueden afectar negativamente a su salud. La cicatrización emocional es casi igual al estrés crónico ya que si no los resuelve, ambos pueden causar daños continuos en sus células.

Otra estrategia clave es asegurarse dormir adecuadamente, ya que privarse del sueño daña dramáticamente la capacidad del cuerpo para manejar el estrés. Que, junto con la actividad física regular y una alimentación saludable, son los aspectos fundamentales que su cuerpo necesita para recuperarse de un evento estresante.

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Fuentes y Referencias