Quizá la consecuencia más indignante del terror nazi fue la impunidad de miles y miles de asesinos, que aunque fueron detenidos, lograron la libertad gracias a las autoridades de 'Estados democráticos'.

El 29 de septiembre de 1947, otro juicio comenzó en Núremberg, esta vez se trataba de asesinos de 'menor peso': los integrantes de los Einsatzgruppen, quienes masacraron a civiles en los territorios ocupados por Alemania. Pero los criminales de guerra no fueron juzgados por un tribunal internacional, sino solo por autoridades de Estados Unidos.
nuremberg trials juicios
© wikipedia.orgNazis juzgados durante los Juicios de Núremberg (Alemania, la fecha aproximada es de 1945-1946)

Los miembros de los Einsatzgruppen fueron responsables de innumerables crímenes de guerra en territorio de la Unión Soviética, que incluyeron masacres en Zmievskaya Balka (Rostóv del Don) y Babi Yar (Kiev), sitios donde fueron asesinadas decenas de miles de personas, en su mayoría civiles.

Los alemanes ocuparon Rostóv del Don a finales de julio de 1942. El 11 de agosto, bajo exigencia estricta de la administración de la ocupación, varias miles de judíos fueron reunidos en 6 puntos de la ciudad, desde donde se los envió a Zmievskaya Balka, un lugar desolado en las afueras de la ciudad. Solo aquel día fueron masacradas 15.000 personas, en su mayoría mujeres y niños. Aquello fue nada más que el inicio de masacres que duraron todo el período de la ocupación, sumando 30.000 asesinatos solo en ese sitio.

Entre los mártires de aquel macabro lugar figura Sabina Spielrein, discípula de Freud y amante de Jung, una psicoanalista de fama mundial y posiblemente una de las más famosas víctimas del Holocausto en la URSS. La mujer vivió en Berlín hasta 1920, año en que se instaló en la Unión Soviética y trabajó como psicoterapeuta en Rostóv del Don. Sin embargo, en 1942 'Berlín' se condujo hasta su casa, matándola a ella y a dos hijas en Zmievskaya Balka.

Los asesinatos a enorme escala, similares a los fusilamientos en Zmievskaya Balka fueron protagonizados por los Einsatzgruppe de las SS, de los cuales cuatro grupos operaban en el territorio de la URSS. Las matanzas en Rostóv del Don fueron perpetradas por el grupo 'D', comandado por el Oberführer Walter Birkamp.

El responsable inmediato de aquellos crímenes fue Kurt Christmann, Sonderkommando 10ª de las SS Hauptsturmführer.

Hasta el 1980 este verdugo se dedicaba tranquilamente al comercio de inmuebles en Alemania Occidental. Pero incluso aquellos que resultaron en el banquillo de acusados no recibieron la condena merecida. En los tribunales de la RFA, muchos de los exnazis no recibieron condenas correspondientes y volvieron a su vida normal en la sociedad alemana debido a que cumplir órdenes de superiores era considerado una atenuante.

El 'pequeño Núremberg'

Además del conocido tribunal internacional de Núremberg, donde se juzgó a los principales dirigentes de la Alemania nazi, se celebraron otros 'pequeños' juicios en esa misma ciudad.

Los 'pequeños' Núremberg fueron monopolizados por Estados Unidos, de manera que estos juicios se llevaron a cabo bajo el exclusivo control de ese país, cuyo territorio no fue sometido al Holocausto.

En ese sentido, el proceso del 27 de septiembre fue denominado 'Estados Unidos contra Otto Ohlendorf' (oficialmente, 'The United States of America against Otto Ohlendorf').

Ohlendorf fue el predecesor de Birkamp como comandante de los Einsatzgruppen 'D' y responsable de numerosos asesinatos en el territorio de la Ucrania soviética y las regiones del sur de la Rusia actual.

En total, incluyendo a Ohlendorf, 24 oficiales de la SS responsables de innumerables crímenes de lesa humanidad en los territorios ocupados de la Unión Soviética ​​comparecieron ante ese tribunal estadounidense. Solo 14 de estos sujetos implicados en decenas de miles de asesinatos fueron condenados a la pena capital, por la sencilla razón de que los fiscales estadounidenses no disponían de suficientes pruebas ni testigos, por lo que basaron sus acusaciones solo en documentos obtenidos en Alemania. Y solo 4 de ellos murieron en la horca, entre ellos el propio Ohlendorf.

Un asesino se suicidó antes del inicio del proceso, otro salió de la cárcel debido a una enfermedad y otro fue puesto en libertad tras cumplir con la prisión preventiva. Cuatro penas de muerte fueron sustituidas por cadenas perpetuas y seis penas de prisión fueron reducidas.

Los acusados, incluso quienes debían cumplir cadena perpetua, no pasaron mucho tiempo en la cárcel: el último de ellos salió en libertad en mayo de 1958.

¿Por qué tanto humanismo?

Estas extrañas manifestaciones de humanismo fueron ocasionadas por la situación política de la Guerra Fría.

En 1949 se produjo el 'divorcio' final entre Alemania Occidental y la República Democrática Alemana. Todos los prisioneros en este proceso se encontraban en Occidente, en la RFA. El país tenía fuertes tendencias conservadoras y derechistas, la Unión Demócrata Cristiana estaba en el poder. Entonces, el canciller de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauer, exigió a Estados Unidos suavizar los veredictos dictados.

Estas exigencias de la República Federal de Alemania coincidieron con los intereses de algunos políticos estadounidenses que habían hecho carrera en la "lucha contra el comunismo", como el senador Joseph McCarthy. La posición de McCarthy, que presionó a las autoridades judiciales para que dictasen la libertad condicional y la abolición de la pena de muerte para los miembros de los Einsatzgruppen se debió no solo a sus creencias políticas, sino también al hecho de que este político representaba al estado de Wisconsin, con muchos electores de origen alemán.

Más vale tarde que nunca

Recién cuando en 1969 la Unión Demócrata Cristiana perdió el poder, los nuevos líderes alemanes procedieron a llevar a cabo juicios más 'serios' a los integrantes de los Einsatzgruppen.

Y la justicia finalmente llegó por Kurt Christmann, el verdugo de Zmievskaya Balka. A mediados de los años setenta, fue identificado por uno de los fiscales. Como consecuencia, en 1980, Christman fue condenado a cadena perpetua por sus atrocidades y murió en prisión.