Científicos han realizado por primera vez una hazaña considerada por muchos vulcanólogos como casi imposible: capturar un trueno volcánico, el sonido provocado por los rayos generados dentro de las nubes de ceniza en las erupciones.
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Este fenómeno, que ha sido ampliamente presenciado en el pasado, no había sido registrado debido a la complejidad de distinguir tales truenos de los estruendos propios de la actividad volcánica. Ahora, investigadores del Observatorio Vulcanológico de Alaska aseguran haber separado este sonido de forma nítida.

Para lograrlo, los científicos colocaron micrófonos en una isla cercana al volcán Bogoslof en Alaska (EE.UU.), grabaron sus sonidos desde diciembre de 2016 hasta agosto de 2017 y posteriormente utilizaron mapas de rayos volcánicos para identificar los sonidos del trueno.

Los resultados del estudio, publicados en la revista científica Geophysical Research Letters, ofrecen a los científicos una nueva forma de detectar los rayos volcánicos y, posiblemente, una manera de estimar el tamaño de una nube de cenizas.