Si hay alguna manifestación en la historia que puso en evidencia la lucha por el control geopolítico fue la construcción de grandes capitales. Todos los imperios de la historia tuvieron enormes metrópolis. Desde la antigua capital del valle del indo como Mohenjo-Daro, Babilonia, Alejandría, Teotihuacán, Roma o como las contemporáneas Nueva York, Shanghái o Londres, todas se construyeron magníficas para manifestar su poder.Albert Speer, un notable arquitecto que a través de sus grandes ideas se transformó en el maestro de los sueños arquitectónicos de Hitler, diseñó una gran capital que perduraría miles de años como lo quería el Führer. Para ello se puso en marcha bajo su supervisión, la mayor obra de ingeniería que el hombre haya imaginado. Las dimensiones de la ciudad eran de un tamaño nunca visto. El estilo estético de Speer era mayoritariamente neoclásico, lo que explica en parte su manía de proyectar grandes edificios.
Solamente la cúpula del nuevo "Reichstag" (Parlamento) el pináculo arquitectónico del poder nazi que dominaría toda la ciudad, tendría más de 700 metros de altura, coronado con un domo 16 veces más grande que el de la basílica de San Pedro diseñada por Miguel Ángel. El Arco del Triunfo, que conmemoraría los logros del nazismo, tendría 400 metros de altura contra los modestos 50 metros del Arco del Triunfo de París. Todo se concibió a un tamaño monumental con la finalidad de intimidar a cualquier visitante.
Dentro de la estación Gesundbrunnen del actual metro de Berlín funciona un pequeño museo en el que alberga la exposición llamada
"Mythos Germania Vision und Verbrechen" donde se expone material fotográfico y la extraordinaria maqueta que muestra la monumental capital del mundo diseñada por Albert Speer.
Museo “Berliner Unterwelten”
Aunque algunos historiadores peyorativamente tildaban el trabajo de "arrogante o grandilocuente" (¿qué esperaban de la capital del mundo de Hitler?) no se puede negar que Speer fue un extraordinario arquitecto.
Germania, la capital de mil años que idealizó HitlerHitler observando su sueño
La monumental cúpula del Reichstag como el centro ceremonial del poder Nazi
Otra vista del Reichstag
Su interior podría haber albergado a más de 100 mil personas
Hitler con Albert Speer
Albert Speer bajo la mirada atenta de Hitler
Algunas obras de Speer todavía hoy se conservan con grandes reformas como el
Olympiastadion que fue la sede la los juegos olímpicos de Berlín en 1936.
Olympiastadion en 1936
Olympiastadion hoy
En Núremberg, el arquitecto fetiche de Hitler proyectó el Centro del partido Nacionalsocialista, otra inmensa construcción con calles de más de un kilómetro de ancho y tribunas de cien metros de altura donde desfilarían las tropas del "nuevo mundo".
Diseñó estadios como el de "Maerzfeld" pensado para contener a más de 400 mil personas. Hitler inauguró las obras en 1937 y a pesar del tiempo hoy se conservan algunos rastros.
Estadio Maerzfeld
Sin lugar a dudas, Albert Speer fue un notable arquitecto, para algunos de los más destacados del siglo XX. Quizá debido a su talento, que fascinaba a Hitler, al igual que a los triunfadores de la Segunda Guerra Mundial, se salvó de morir colgado en los juicios de Núremberg.
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