El Dr. Thomas Cowan, es médico en ejercicio, miembro fundador de la junta y vicepresidente de Weston A. Price Foundation.

agua hidratación
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A quien entrevisté anteriormente sobre varios temas diferentes, incluyendo el vínculo entre las vacunas y las enfermedades autoinmunes, el uso de dosis bajas de naltrexona para las enfermedades autoinmunes y los tratamientos más novedosos para las enfermedades cardíacas. Asimismo, discutimos su último libro, titulado Cancer and the New Biology of Water.
"Escribí una serie de tres libros. El primero habla sobre el corazón, el segundo sobre las vacunas y la autoinmunidad y el tercero sobre el cáncer. Cuando comencé, comprendí que todo se trataba sobre el agua", explica Cowan.

"Mi primer libro era básicamente dos premisas, la primera es que el corazón no bombea la sangre. La razón del movimiento de la sangre en el cuerpo no es porque exista una propulsión por el corazón [sino] que es a causa de la dinámica del agua.

Luego comencé con el libro de vacunas y el significado de la enfermedad infantil. Lo que me llevo a profundizar en la composición de las células. De alguna manera comprendí que todo el problema del cáncer es un problema citoplasmático, es decir, gracias al agua.

Se convirtió en el punto culminante de esta serie de escritos y pensamientos sobre la biología humana, la biología en general, y cuán equivocados estamos".
El cáncer y la biología del agua

En 1971, el presidente Nixon le declaró la guerra al cáncer. Como señaló Cowan, en ese momento acabábamos de descubrir el oncogén, el cual se consideraba como el causante del cáncer.

En las décadas siguientes, se han invertido grandes sumas de dinero en la investigación sobre el cáncer. Si los oncogenes fueran los causantes, la guerra contra el cáncer ya hubiera terminado, pero actualmente no estamos más cerca de una cura que en aquel entonces.

Cowan cita una investigación realizada por el gobierno australiano, que concluyó que la mejora en las estadísticas del cáncer por la quimioterapia es del 2.3 %.
"Ese es un retorno de inversión de 500 000 millones de dólares, probablemente el esfuerzo más costoso que los humanos hayan emprendido, excepto tal vez por la guerra", explica Cowan.

"¿Cuál es el problema? El problema presentado en el libro es que el cáncer no es un problema de oncogenes. Ni siquiera es un problema del ADN. Ni tampoco un problema del núcleo.

A lo largo de los años, se han realizado diferentes estudios en los que se trasplanta el núcleo de una célula sana a otra célula sana y la progenie es normal, como era de esperar.

Pero luego sacan el núcleo de una célula cancerígena, donde estos oncogenes [son], el ADN que supuestamente causan cáncer, y lo colocan en un citoplasma sano, donde la progenie es normal. Cuando toman un núcleo normal y lo colocan en el citoplasma de una célula cancerígena, la progenie se convierte en cáncer.

Ese simple experimento le explica exactamente que el citoplasma es la parte de la célula en la que se encuentra el problema del cáncer. La célula está conformada por dos partes. Básicamente, es una biomembrana lipídica que tiene un núcleo y un citoplasma. El citoplasma es básicamente agua estructurada o gel.

Ahora sabemos que el citoplasma es la causa del cáncer. Los eventos en el núcleo son consecuencia de la degeneración del citoplasma, y no al contrario.

Cuando estos investigadores lo hicieron, e identificaron claramente que el sitio del problema está en el citoplasma, postularon que un componente en el citoplasma sano debe ser capaz de curar las mutaciones del ADN en el núcleo, pero aún no hay evidencia de esto".
El citoplasma y el cáncer

Cowan sostiene que el verdadero problema radica en el agua estructurada de la célula, es decir, en el citoplasma. Del mismo modo, Thomas Seyfried, Ph.D., a quien también entreviste sobre este tema, considera que los estudios mencionados anteriormente revelan que el problema se encuentra enraizado en las mitocondrias, que también residen en el citoplasma.

La disfunción mitocondrial es ciertamente un factor, admite Cowan, pero más específicamente, él considera que los defectos mitocondriales son una parte integral de la descomposición de la estructura del agua, lo que desencadena la formación de cáncer.
"Cuando se observan las funciones de las mitocondrias, que es esencialmente producir trifosfato de adenosina (ATP), y se observa el papel del ATP y qué tan importante es en la estructuración del agua en el citoplasma, entonces se logran comprender las conexiones entre la disfunción mitocondrial [y el] deterioro del agua citoplasmática que conduce al cáncer".
En ocasiones, se puede palpar el cáncer (siempre que el tumor sea lo suficientemente grande). El tumor se convierte en un bulto palpable porque la densidad de las células es demasiado elevada, explica Cowan. Las células están esencialmente agrupadas y han perdido su orientación espacial normal.

Todas las celdas tienen una cierta orientación espacial porque existe una carga eléctrica alrededor de la célula. Cuando comienza la unión de dos células, la carga las aleja. Esto permite que todas las células permanezcan a una distancia apropiada entre sí.

Esta distancia varía según las células y los órganos en cuestión, pero todos los tejidos tienen una orientación espacial que permite que el tejido permanezca saludable y normal.

El agua estructurada es la responsable de la carga celular

La medicina convencional explica que la carga alrededor de cada célula proviene de la distribución de sodio y potasio a través de la membrana celular.

Sin embargo, Cowan señala que los experimentos del fisiólogo y bioquímico celular Gilbert Ling, realizados hace más de tres décadas, demostraron que para que la bomba de sodio-potasio sea la responsable de crear esta carga, la célula necesitaría aproximadamente 30 veces la energía a su disposición.

Entonces, según Cowan, esta creencia, aunque es el pilar de la biología moderna, no es nada más que un mito. Pero ¿cuál es la causa de esta carga? Cowan responde lo siguiente:
"Se produce porque en el citoplasma existe una red de agua, que, por alguna razón de la naturaleza, está tan constituida que, por sí misma, atrapa el potasio y excluye el sodio. La rejilla, malla o estructura adecuada del agua, por sí misma, es la causa. No necesita energía, al igual que el corazón.

La idea de una bomba que empuja es ridícula. Se logra por el milagro del agua. La distribución de carga, y la orientación espacial de la célula, es la causa de la estructuración del agua. Ese es un factor.

Y el segundo, es la otra característica distintiva de las células cancerígenas: Todas tienen un número anormal de cromosomas. Lo que se conoce como aneuploidía, a diferencia de una célula diploide, lo que significa que los humanos tienen 46 cromosomas. Si se obtiene una cifra anormal, esa es una célula anormal que llamamos cáncer.

Pero ¿cómo sucede esto? Ocurre a causa del citoplasma, que separa los dos cromosomas y crea nuevas copias de la mitosis. No sucede correctamente porque el entorno en el citoplasma, esa agua estructurada, está alterada.

Por lo tanto, se obtienen todos estos errores de mitosis, en donde la energía utilizada es deficiente. Una consecuencia del problema mitocondrial. Obtiene errores en la replicación cromosómica conocida como aneuploidía. Cuando se obtiene una célula aneuploide con una orientación espacial anormal, eso se llama célula cancerígena".
Cómo reestructurar el agua en las células

Una vez que comprenda la importancia y la influencia del citoplasma, así como el agua estructurada dentro de las células, y el desarrollo del cáncer, la siguiente pregunta es: ¿Cómo podemos reestructurar el agua? Una parte importante del libro de Cowan explica este tema.

Para ilustrar la creación del agua estructurada, la compara con la gelatina. La gelatina se prepara al mezclar las proteínas de la gelatina con agua y calor.

El calor despliega las proteínas, lo que expone la superficie hidrofílica, que luego se mezclan con el agua. Comienza a formarse un gel a medida que la mezcla se enfría, "que se asemeja básicamente al estado en el que se encuentra el citoplasma", explica Cowan.

Para estructurar el agua en las células y básicamente imitar el proceso de la gelatina, se pueden implementar las siguientes medidas:
  • Incluir una alimentación cetogénica cíclica: Al metaforizar las grasas en las mitocondrias, estas crean agua empobrecida en deuterio (DDW, por sus siglas en inglés), la cual es rica en hidrógeno. Cuanto más hidrógeno obtenga, mayores niveles de ATP generarán las células, lo que a su vez les permite crear agua estructurada.
  • Exponerse regularmente a la luz del sol.
  • Exponga regularmente su piel a la luz infrarroja cercana, como un sauna infrarrojo o una lámpara de calor. No solo reestructura el agua, sino que también desintoxica las células por medio del sudor, lo que purifica el citoplasma.
  • Exponerse a los biocampos de otras entidades biológicas, como otros humanos y animales.
Ahora, el ATP es muy importante para el despliegue de proteínas, que es una parte integral para crear agua estructurada, y si existe una deficiencia de ATP, "como sucede con la enfermedad mitocondrial, es como tratar de preparar una gelatina sin calor", menciona Cowan.
"Se obtienen grupos de proteínas disfuncionales con agua que no se pueden estructurar. Eso es lo que se observa con las células cancerígenas.

Si se busca desarrollar agua estructurada de manera adecuada, la cual crea una división celular y una orientación espacial saludable en las células, necesita luz solar, tierra y el contacto humano, que es el biocampo de otras entidades biológicas, especialmente aquellas que le desean lo mejor, como su perro".
Otra alternativa es la oxigenoterapia hiperbárica, aunque no es una opción que se pueda hacer en casa. Al oxigenar los tejidos con una mayor presión, el oxígeno alcanza las mitocondrias, lo que les permite generar más ATP, y permite que las células desarrollen más agua estructurada.

Terapia de muérdago

En su libro, Cowan también analiza la terapia de muérdago, la cual recomienda para sus pacientes con cáncer. La cual ofrece los siguientes beneficios:
"El cáncer está creciendo y parasitando el cuerpo, al absorber los nutrientes, tal como el muérdago absorbe los nutrientes del roble. Pero existe una diferencia muy importante, que el muérdago ha aprendido a cooperar con el roble, por lo que son mejores juntos, mientras que, en el cáncer, el tumor es el parasito y empeora la situación.

Lo que necesitamos es una situación en la que recuperemos la cooperación; esto no es la supervivencia del más fuerte, ya que así no funciona la naturaleza. La naturaleza es una empresa cooperativa, en donde el muérdago hace que la consideremos así. Ahora, esa es la metáfora.

El [muérdago] estimula la respuesta a la fiebre, por lo que es un medicamento inmunoestimulante. Estimula los glóbulos blancos. Estimula todos estos aspectos de la respuesta inmune.

Detiene el crecimiento de las células, por lo que funciona como un medicamento para la quimioterapia. Buscamos la simulación, la purificación, y la desintoxicación que ocurre con la terapia para la fiebre. El muérdago lo logra".
La idea de que la fiebre es una ayuda curativa se remonta a un tratamiento contra el cáncer desarrollado en la década de 1890 por William Coley, un cirujano óseo. El tratamiento, que consiste en administrar proteínas aisladas de la bacteria erisipela en una dosis específica para inducir la fiebre, se conoce como "toxina de Coley".
"Cerca de 1989, recibí un libro de la nieta de Coley sobre 2000 casos que él trató, así como los resultados, y cerca del 60 % de ellos se encontraban en la etapa 4. Se lograron curar todos los diferentes tipos de cáncer por las toxinas de Coley. Está muy bien documentado.

Fue el complemento principal de la terapia contra el cáncer en los Estados Unidos durante un par de décadas. Se utilizó hasta los años 60. Con muchos artículos al respecto, como revistas revisadas por expertos. No cabe duda de que fue más efectivo que cualquier terapia complementaria que tenemos actualmente.

Sin embargo, en cierto sentido, es un proyecto. Cuando se habla de hipertermia, el problema es que no funciona como las toxinas de Coley. Creo que la razón es que [la hipertermia] no activa el sistema inmune celular innato. Solo calienta las células.

No insinuó que no suceda algo positivo al calentar las células, pero no es lo mismo. El método de Coley era una manera de generar internamente la temperatura, lo que hace el muérdago, aunque el muérdago no es tan drástico como las toxinas de Coley.

[En la actualidad, la toxina de Coley] no se encuentra disponible en ninguna parte. Es muy triste. Debe haber una manera de estimular la fiebre. Pude utilizarlo hace unos años. Básicamente podría generar cualquier temperatura que quisiera.

Es una terapia bastante rigurosa. Experimentará temblores y escalofríos y no todas las personas quieren eso. Pero si lo hace, obtendrá una respuesta dramática de desintoxicación-purificación.

Ninguna de estas estrategias es mágica. Lo que quiero lograr es ese citoplasma saludable, que es básicamente un gel de agua estructurado, ese es el enfoque más importante. Todos esos [factores mencionados anteriormente] contribuyen a la calidad del gel que se produce. De eso se trata una buena salud".
Información adicional

El libro de Cowan termina con la historia de la Bella Durmiente. "Es lo que les decimos a los niños para enseñarles cómo funciona el mundo", explica. La bella durmiente, una princesa, está hechizada por una bruja malvada, que en los cuentos de hadas siempre muestra el lado materialista de la vida.
"Cuando es embrujado por el materialismo, cae en el caos y el mal estado que ha sucedido en la historia. Algo tiene que suceder para despertarlo, y no a una nueva manera de percibir la vida, como dicen en la historia, sino a su verdadera naturaleza.

Ahí es donde nos encontramos actualmente. Estamos viviendo la historia de la Bella Durmiente. El materialismo nos ha hechizado y no podemos percibir nuestra verdadera naturaleza. Eso se ha convertido en un verdadero problema. [Salir de la matriz implica] una combinación interesante de todas las técnicas de las que hablamos.

Cetosis cíclica, luz solar, caminar en el mar, sauna infrarrojo, terapia para la fiebre, terapia de recuperación como las toxinas de Coley. También existe otra manera, que es cambiar de opinión, ya que, de alguna manera, tenemos que cambiar de opinión y percibir el mundo tal como es.

A menudo les explico a las personas y pacientes: 'Si percibes el mundo desde un punto de vista material y comprendes que lo que hablamos está creado por átomos, los cuales son un 99 % de espacio, que están simplemente vacíos, entonces ¿cómo es que funciona? Es una ilusión'.

Una vez que comprendemos que somos energía cristalizada, entonces comenzamos a despertar.

Lo más esperanzador que puedo decir es que una vez que comienza a abrir su mente, existen más cosas de las que se enseñan en la escuela o de lo que dicen los médicos. De alguna manera, el mundo parece ofrecer información o pistas sobre a dónde dirigirnos.

No es necesario que nos diga qué hacer o a dónde ir. De alguna manera sucede. No sé si estaría de acuerdo, pero para mí, una vez que se abre a esta posibilidad, es como si el mundo espiritual nos quisiera ayudar. Lo siguiente que sabe es que conoce a una persona. Lo siguiente es que [aprende] cosas que no sabía antes.

Continúa abriendo su mente. Si continuamos haciéndolo, logramos construir un mundo diferente. No tiene que hacer nada. Solo tiene que dejar de no hacer las cosas, al creer que no existe nada allí".
Para mayor información, consulte el libro de Cowan, Cancer and the New Biology of Water, ya que es una excelente obra. Cowan relata una buena historia, que hace que sus libros sean fáciles de leer. "Espero que catalice a alguna institución, persona, o a alguien, para decir:" Tenemos que hacer las cosas diferentes porque esto no está funcionando", explica Cowan.