Unas inundaciones sin precedentes en el condado de Maban, Sudán del Sur, han afectado a cerca de 200.000 personas, tanto a personas refugiadas como a la población local.
Dos niños se abren camino por una carretera inundada en el condado de Maban, en Sudán del Sur.
© Elizabeth Stuart / ACNURDos niños se abren camino por una carretera inundada en el condado de Maban, en Sudán del Sur.
La zona afectada, localizada en el estado del Alto Nilo, acoge a más de 150.000 personas refugiadas de Sudán.

Sudán del Sur se está recuperando gradualmente después de seis años de guerra civil, y ahora afronta unas inundaciones que no se habían visto en la región en casi cuatro décadas.


ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, está acelerando la ayuda de emergencia junto con sus socios y autoridades locales. Las personas afectadas, sobre todo en pequeñas islas, buscan lugares seguros en tierra firme para guarecerse de las inundaciones, tras la subida sin precedentes del nivel del agua, que ha sumergido extensas áreas.

En esta época del año, la región cercana a Bunj, capital de Maban, es propensa a las inundaciones por las fuertes lluvias estacionales. Sin embargo, el desbordamiento de los ríos en Sudán del Sur tiene su origen en las aguas que vienen de las tierras altas en la vecina Etiopía, donde las lluvias están siendo más intensas e irregulares, y están horadando el terreno dirigiendo rápidos y escorrentía hacia zonas donde se asienta la población.


Los datos más recientes sobre precipitaciones en el oeste de Etiopía indican un volumen de lluvias durante los últimos 90 días superior a la media, con un aumento considerable desde finales de septiembre. Según los datos, las precipitaciones en la zona han sido un 230% superior a la cantidad normal, unos 425mm en comparación con una media algo inferior a los 200mm. Esto supone más del doble de las precipitaciones caídas durante las últimas cuatro semanas.

La población afectada necesita ayuda humanitaria con urgencia. Estas personas han tenido que huir de sus hogares, llevando consigo sus pertenencias y se han ido estableciendo en pequeñas islas de tierra firme. Las aguas han inundado las carreteras principales, lo que dificulta al personal humanitario el acceso a los campos de refugiados y han provocado el cierre de escuelas de la región.

Además, las inundaciones han dificultado el acceso a servicios públicos, como hospitales e instalaciones de saneamiento que se han visto afectadas, lo que eleva los riesgos sanitarios. ACNUR manifiesta su preocupación por que estas inundaciones incrementen los riesgos de contraer y de propagación de enfermedades. El año pasado se declaró el fin del cólera en Sudán del Sur, y se teme que pudiera volver a darse un brote de esta enfermedad mortal.

Las principales necesidades de las personas refugiadas y locales siguen siendo el refugio, la alimentación, el agua potable y el saneamiento. Como respuesta inmediata, ACNUR ha hecho acopio de paquetes emergencia de refugio y materiales de ayuda humanitaria para asistir a más de 5.000 familias afectadas, unas 25.000 personas, para reconstruir o reparar las viviendas afectadas. Pero se necesita más apoyo.

En la actualidad, Sudán del Sur acoge a casi 300.000 personas refugiadas, principalmente de las provincias sudanesas de Nilo Azul y el sur de Kordofán. Además, en el país hay cerca de 1,5 millones de desplazados internos.