El presidente de Chile, Sebastián Piñera, promulgó la ley Gabriela, normativa que amplía el marco legal del femicidio para que se considere como autor de ese delito a quien con motivo de causa de género mate a una mujer sin importar la relación con su víctima.
Sebastian Piñera
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"Promulgada Ley Gabriela, a partir de hoy, todo asesinato de una mujer por razón de género, sin importar la relación del asesino con su víctima, será considerado feminicidio; cerramos una de las ventanas de impunidad que justifica la violencia, por Gabriela y por todas", publicó la Secretaría Regional Ministerial de la Mujer.

La ley lleva ese nombre por Gabriela Alcaíno, de 17 años, quien en 2018 fue asesinada junto a su madre, Carolina Donoso (53 años), por la expareja de la joven.

Piñera, agradeció este 2 de marzo a través de la red social Twitter "la tenacidad incansable de la familia de Gabriela; por ella y por todas las mujeres que perdieron sus vidas, ratificamos nuestro compromiso de tolerancia cero con toda violencia contra mujeres".

El mandatario agregó que ley Gabriela "fortalece nuestra capacidad de combatir todo abuso o violencia contra las mujeres y de castigo a los agresores, llamo a todas las mujeres a denunciar todo riesgo o amenaza para q puedan recibir protección, tolerancia centro contra todo abuso o violencia contra las mujeres".


El 14 de diciembre Chile promulgó la Ley Femicidio, que establecía que para los casos en los que el victimario del delito era el actual, excónyugue o convivente se estipulaba que el asesinato era un femicidio.

Sin embargo, con la nueva ley se amplía el concepto del femicidio, estableciendo que también cuenta para cualquier tipo de relación que la mujer tuviese con su agresor, o incluso aquellas que no sostengan ningún tipo de vínculo.


La normativa fue aprobada por el Congreso el pasado 30 de enero y establece penas que van desde los 15 años a los 40 años.

Además, se eliminó el atenuante de arrebato del Código Penal, que era utilizado en la mayoría de los casos cuando se justificaba el crimen, por ejemplo, por celos.