Traducido por el equipo de Sott.net en español

El fin de semana pasado se caracterizó por el granizo y los fuertes vientos en varias partes de Italia. Como informa el meteorólogo Maycol Checchinato, "cuando las temperaturas se mantienen altas durante unos días, la llegada de aire fresco genera inestabilidad, tormentas y torbellinos".
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"Las cerezas y los albaricoques han sido fuertemente dañados por el granizo del 3 de julio. Algunas piedras eran tan grandes como pelotas de golf y pesaban más de 80 gramos", explica Simone Venzi, un cultivador de Sarsina (Forlì-Cesena).

Actualmente, Venzi cultiva la variedad Corniola, aunque gran parte de la fruta se ha perdido. "Por suerte, gran parte del producto ya había sido cosechado, por lo que el daño se limitó a las producciones tardías. También se perdieron albaricoques tardíos."



One of the hailstones weighed by Venzi
Una de las piedras de granizo que pesa Venzi
Algunas partes de la región de Emilia Romagna también se vieron muy afectadas por las tormentas de granizo y las fuertes lluvias. "En mi zona, en la provincia de Reggio Emilia, llovió mucho en pocas horas. Ahora estoy inspeccionando los cultivos de cebolla. Ya habíamos recogido algunas cebollas de Borrettana, pero ahora tendremos que esperar un tiempo para recoger el resto, ya que el suelo es muy fangoso", explica Matteo Freddi, productor y comerciante de patatas y cebollas.

Fuertes vientos que superaron los 100 km/h barrieron la provincia de Ferrara, dañando los invernaderos y los huertos frutales. También hubo problemas en la provincia de Milán, ya que se perdieron las cosechas de sandías, melones y tomates en los municipios de Abbiate Grasso, Cusago y Gaggiano.

En el sur del Lazio, un torbellino golpeó a Sperlonga pero, "por suerte, sólo golpeó la costa, salvando los invernaderos", explican varios productores y empresarios locales.

"En Caserta, las fuertes lluvias comprometieron la calidad de las frutas de verano como melocotones, nectarinas, albaricoques y ciruelas. De hecho, las frutas están casi maduras, tanto que estábamos casi listas para ser cosechadas. La elevada humedad provocará inevitablemente moho y podredumbre, por lo que deben realizarse inmediatamente tratamientos sistémicos para salvar la producción", explica Antonio Di Niola de Di Niola Fruit en Francolise (CE).