México está en la lista de candidatos para colaborar en la fase avanzada de la vacuna rusa Sputnik V, pero además científicos mexicanos ya colaboran en cinco proyectos de vacunas de Estados Unidos, China, Francia y otros países.

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© Servicio de prensa del RFPI
El anuncio del presidente de Rusia, Vladímir Putin, sobre la aprobación de la vacuna rusa contra el COVID-19, Gam-COVID-Vac, llamada Sputnik V, ha generado expectativas en México — donde ya se han registrado casi 55.000 muertes por el virus — , tanto para adquirirla como para colaborar con el Gobierno ruso en los estudios de la fase tres.

Durante la conferencia matutina del 13 de agosto, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, indicó que el Gobierno de México está en comunicación con los representantes del Gobierno ruso, a quienes solicitaron "la información clínica [de Sputnik V] que debe ser valorada por la Secretaría de Salud [de México] para poder determinar la utilidad de esa vacuna para México en el corto plazo".


Sobre este punto, Jorge Baruch Díaz Ramírez, portavoz de la Comisión de Expertos de COVID-19 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que es importante la petición, pues de esta forma "podremos tener acceso a la información científica que nos pueda ayudar a tomar decisiones con respecto a qué tan pertinente es conformar parte de estas colaboraciones con la vacuna de Sputnik V".

En este sentido, comentó que "es una buena noticia que exista otra vacuna ya entrando a la fase tres porque esto incrementa el abanico de posibilidades para que alguna de ellas, de por lo menos de las ocho que ya se encuentran en fase tres, pueda llegar a generar inmunidad de manera efectiva y prolongada".

Por otro lado, Díaz Ramírez reveló que las autoridades de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) trabajan para que México sea uno de los países que colaboren en la fase tres de la vacuna Sputnik V, dado que una de las formas de garantizar el acceso a vacunas es a través de establecer algún tipo de colaboración con los grupos de investigación.

"Rusia está interesado en implementar sus estudios de fase tres, a parte de en su país, en cuatro más, que son: los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y en América Latina, Brasil y México. Entonces, el Instituto de Investigación Gamaleya, que es el grupo científico que está detrás del desarrollo de la vacuna Sputnik V, está interesado en implementar un estudio de fase tres en nuestro país", apuntó.

Sin embargo, aclaró que la petición que anunció el día de hoy el canciller Marcelo Ebrard de solicitar la documentación correspondiente de Sputnik V al Gobierno de Rusia será fundamental "para evaluar la posible candidatura de México para hacer parte de los estudios de fase tres que están desarrollando el Instituto de Investigación Gamaleya".

Cabe recordar que el Gobierno de México anteriormente ya había establecido comunicación con el Fondo de Inversión Directa Ruso (RDIF, por sus siglas en inglés), que financia la producción de la vacuna Sputnik V, para adquirir el fármaco Avifavir para tratar pacientes con COVID-19.

Además, en la página oficial de promoción de la vacuna Sputnik V se señala que "más de 20 países han expresado su interés en adquirir Sputnik V, incluidos los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Indonesia, Filipinas, Brasil, México e India".

La colaboración de México en la producción de vacunas

En caso de que México llegara a colaborar en el desarrollo de la fase avanzada de la vacuna Sputnik V en la que trabaja el Instituto Gamaleya de Moscú, esta se sumaría a los cinco trabajos conjuntos en los que ya colaboran científicos mexicanos.

En el mes de junio, la SRE anunció la conformación del Consorcio de Científicos Innovadores en Vacunas MX, conformado por científicos de distintas instituciones de educación pública y privada del país, para trabajar en el desarrollo de vacunas contra el COVID-19.

A través del Consorcio de Científicos Innovadores en Vacunas MX, México presentó cuatro proyectos de vacunas para COVID-19 ante la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI, por sus siglas en inglés).

Entre las instituciones que trabajan en dichos proyectos se encuentran la UNAM, el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

En adición a esto, el canciller Marcelo Ebrard dio a conocer el 11 de agosto que se establecieron acuerdos con laboratorios de Estados Unidos, China y Francia para el desarrollo de vacunas. Estas colaboraciones serán con Janssen Pharmaceuticals, CanSino Biologics y Walvax Biotechnology, además de que México ya participa en las pruebas de una vacuna que desarrolla el laboratorio francés Sanofi.

A esta lista se suma el anuncio que hizo el día 12 de agosto, el presidente de Argetntina, Alberto Fernández, en el que expuso que el país suramericano, México, la Fundación Carlos Slim, la Universidad de Oxford y el laboratorio anglosueco AstraZeneca se asociaron para producir una vacuna contra COVID-19.

Esta unión permitirá que la región de América Latina y el Caribe puedan acceder a la vacuna en un plazo aproximado de seis a doce meses antes de lo esperado. La intención del acuerdo es que se produzcan hasta 250 millones de dosis para 2021, las cuales tendrán un costo aproximado de tres a cuatro dólares.

Con ello, el Gobierno de México planea garantizar el acceso a una vacuna contra COVID-19 tanto para el país como para el resto de América Latina. En este sentido, Ebrard precisó que el acuerdo no tiene fines de lucro pues lo que se busca es que la región pueda tener una vacuna cuyo costo no esté basado en las leyes del mercado.