El hombre, residente en Reino Unido, reclamó a la cadena unos 2 millones de dólares en criptomoneda a cambio de revelar la ubicación del alimento adulterado.
Tesco express
© Tolga Akmen / AFP
La Justicia británica ha declarado culpable este jueves a un granjero de 45 años que adulteró envases de alimento para bebés que colocaba en supermercados de la cadena Tesco, a la que extorsionaba para que le pagará 1,5 millón de libras (1,9 millón de dólares) en bitcoines, a cambio de revelar donde estaban los frascos manipulados.

La investigación comenzó luego de que el condenado, Nigel Wright, advirtiera a la empresa que había puesto trozos afilados de metal dentro de envases en locales ubicados en Lockerbie (Escocia) y Rochdale (Inglaterra). Asimismo, amenazó con colocar en los estantes latas de frutas con cianuro y salmonella si no le pagaban.

En los correos electrónicos y las cartas con la extorsión, que envió a nombre de 'Guy Brush & the Dairy Pirates + Tinkerbell the naughty fairy', decía actuar en nombre de granjeros a los que Tesco había pagado mal por sus productos. Sus amenazas obligaron a retirar 140.000 artículos de las marcas Cow & Gate y Heinz.

Wright fue captado por cámaras de seguridad el 29 de noviembre de 2019 mientras colocaba los frascos adulterados en una sucursal del supermercado en Lockerbie, luego de comprar vino y flores para su esposa.

Bebés en riesgo

Las madres de dos niños contaron su experiencia con el alimento que contenía trozos de metal. Una de ellas, Morven Smith, reveló que en diciembre de 2019 le dio a su bebé unas cucharadas de un producto de la marca Heinz en el que observó algo brillante. "Fue horrible", expresó. Por este hecho, fueron retirados 42.000 envases.

Por su parte, Harpreet Kaur Singh declaró durante el juicio que halló astillas de metal en dos frascos de otro artículo de Heinz.

La investigación

Un detective se hizo pasar por un empleado de Tesco apellidado Scott y entregó al granjero 100.000 libras (unos 131.000 dólares) en criptomoneda para mantenerlo en contacto.


En sus amenazas a Tesco, Wright escribió: "Imaginen la boca de un bebé que se corta y la sangre derramándose, o el interior de sus vientres cortado y sangrando. Usted paga, usted los salva". En otro extracto de un mensaje que le envió a Scott aseguraba que había sido "educado y cortés" y le reclamaba que abriera una cuenta bancaria para comprar bitcoines y transferirlos a su cuenta.

Aunque durante el juicio Wright admitió que envió los correos electrónicos y las cartas extorsivas a Tesco, esgrimió que lo hizo forzado por una banda de gitanos que habían llegado a su granja y lo amenazaron con matar a sus hijos y violar a su mujer si no les pagaba 500.000 libras (unos 655.000 dólares).

A la pregunta de por qué había exigido el triple de ese dinero al supermercado, argumentó que "en algún lado" había visto que "los rescates nunca se pagan en su totalidad, solo la mitad". Además, dijo que una de las personas que lo amenazaba le entregó los frascos y los siguió en un BMW hasta la tienda de Lockerbie para asegurarse que los colocara en los estantes. Sin embargo, admitió que fue él quien escribió los mensajes, en base a su propia investigación, viendo documentales y buscando ideas en Google.


Finalmente, el jurado encontró a Wright culpable de dos cargos de contaminación de productos y tres de chantaje a Tesco; así como de otro chantaje por exigir 150.000 libras (unos 197.000 dólares) a un conductor con el que tuvo un incidente.

A la espera de conocer la condena en la audiencia fijada para el próximo 28 de septiembre, las autoridades judiciales aseguraron que a Wright le espera "una prolongada pena de prisión".