La Organización Mundial de la Salud cambió su definición de inmunidad colectiva, un hecho impactante, ya que es como redefinir la realidad. La inmunidad colectiva o de rebaño se produce cuando un número suficiente de personas adquiere inmunidad a una enfermedad infecciosa, por lo que ya no puede propagarse de forma descontrolada en la comunidad.

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Se dice que se ha alcanzado la inmunidad colectiva cuando el número es lo suficientemente bajo como para prevenir el crecimiento epidémico. Antes de las vacunas, la inmunidad colectiva se alcanzaba después de exponerse y recuperarse de una enfermedad infecciosa.

Con el tiempo las vacunas se volvieron cada vez más populares, por lo que se fue modificando el concepto de inmunidad colectiva para incluir no solo la inmunidad adquirida de forma natural por una enfermedad previa, sino también la inmunidad temporal que se puede adquirir por la vacunación. Sin embargo, en un movimiento orwelliano, la OMS actualizó este concepto y quitó el término infección natural de su definición.

Al hacerlo, no solo tergiversó la ciencia, sino que cambió todo el significado de inmunidad colectiva

En junio de 2020, la definición de inmunidad colectiva de la OMS, publicada en una de sus páginas de preguntas y respuestas sobre el COVID-19, coincidía con el concepto que se ha utilizado durante décadas para hacer referencia a las enfermedades infecciosas. Según Wayback Machine de Internet Archives, su definición original era:
"La inmunidad colectiva es la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que ocurre cuando una población es inmune, ya sea por la vacunación o la inmunidad que se desarrolla por una infección previa".
Es importante señalar que "inmunidad que se desarrolla por una infección previa" es la forma en la que los humanos han sobrevivido desde que se tiene uso de razón. Su sistema inmunológico no está diseñado para recibir vacunas. Está diseñado para funcionar en respuesta a la exposición a un agente infeccioso. Pero al parecer, según la OMS, esa definición ya no aplica. En octubre de 2020, actualizó su definición de inmunidad colectiva, que ahora es "un concepto que se utiliza para la vacunación":
"La 'inmunidad colectiva', también conocida como 'inmunidad de rebaño', es un concepto que se utiliza para la vacunación, en el que una población puede protegerse de un determinado virus cuando alcanza un umbral de vacunación. La inmunidad colectiva se logra al proteger a las personas de un virus, no al exponerlas a él.

Las vacunas entrenan nuestro sistema inmunológico para crear proteínas que combaten las enfermedades, que se conocen como "anticuerpos", tal y como sucedería si nos exponemos a una enfermedad, pero, lo más importante es que, las vacunas funcionan sin la necesidad de enfermarnos. Las personas vacunadas están protegidas de contraer y transmitir la enfermedad en cuestión, por lo que se rompe la cadena de transmisión".
Esta tergiversación de la ciencia implica que la única forma de alcanzar la inmunidad colectiva es a través de la vacunación, lo cual es completamente falso, pero, esto tendrá consecuencias graves, ya que, al publicar información falsa, su objetivo es cambiar nuestra percepción de lo que es verdadero y lo que es falso, al hacer que la única forma de protegerse contra alguna enfermedad infecciosa es manipular artificialmente el sistema inmunológico.

Los CDS y otras organizaciones de salud aún mantienen el término infección natural como parte de su definición de inmunidad colectiva

Al momento de escribir este artículo, otras organizaciones médicas de alto perfil se han abstenido de adoptar la misma definición engañosa de la OMS. Por ejemplo, en su glosario de términos sobre vacunas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, definen la inmunidad comunitaria, también conocida como inmunidad colectiva, de la siguiente manera:
"Una situación en la que una proporción suficiente de la población es inmune a una enfermedad infecciosa (a través de la vacunación o enfermedad previa), por lo que es poco probable que se transmita de una persona a otra. Incluso las personas no vacunadas (como los recién nacidos y las personas con enfermedades crónicas) reciben cierta protección porque es poco probable que la enfermedad se propague dentro de la comunidad".
El 6 de enero de 2020, la Clinica May también declaró: "En el caso del COVID-19, hay dos caminos para la inmunidad colectiva, vacunas e infecciones", además señaló:
"La inmunidad colectiva también se puede alcanzar cuando un número suficiente de personas de la población se han recuperado de una enfermedad y han desarrollado anticuerpos contra futuras infecciones. Por ejemplo, los que sobrevivieron a la pandemia de gripe (influenza) de 1918, después fueron inmunes a la infección por H1N1, un subtipo de influenza A".
En una página para pacientes de JAMA sobre inmunidad colectiva que se actualizó el 2020, el Dr. Angel Desai, editor asociado de JAMA Network Open y la Dra. Maimuna Majumder del Boston Children's Hospital de la Facultad de Medicina de Harvard, también explicaron que la inmunidad colectiva se puede alcanzar al infectarse y recuperarse de una infección de forma natural.
"La inmunidad colectiva se puede alcanzar a través de la infección y la recuperación o por la vacunación... Alcanzar la inmunidad colectiva a través de la infección depende de que un número suficiente de personas se infecte con la enfermedad y se recupere de ella, durante la cual desarrollan anticuerpos contra futuras infecciones".
La inmunidad que se adquiere de forma natural dura más

Los funcionarios de salud pública suelen afirmar que la vacunación ofrece la oportunidad de adquirir inmunidad a una enfermedad sin la necesidad de enfermarse. Pero lo que no dicen es que, además de sus riesgos inherentes, la inmunidad que ofrecen las vacunas no es la misma que la que se obtiene de la infección natural.

Muchas vacunas no proporcionan inmunidad duradera o de por vida. Las vacunas solo ofrecen inmunidad artificial temporal y, a veces, ni eso. Esa es razón por la que se necesitan dosis de refuerzo. Barbara Loe Fisher, cofundadora y presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC), explica por qué esto es tan problemático y pone al sarampión de ejemplo:
"Lo que demuestra la literatura médica es que los baby boomers y la generación anterior a nosotros adquirieron inmunidad natural, que es cualitativamente superior. La inmunidad que se adquiere de forma natural dura más que la inmunidad que ofrecen las vacunas.

Así que hemos colaborado con lo que parece inmunidad colectiva adquirida por vacunas. Jamás nos vacunaron, pero hemos contribuido con el concepto de lo que parece ser una inmunidad colectiva adquirida por vacunas. Esa protección desaparecerá cuando muramos. Ellos lo saben.

La inmunidad que se adquiere por las vacunas no es igual que la inmunidad que se adquiere de forma natural. Ese ha sido el problema desde que se crearon las vacunas. Jamás han logrado que las vacunas ofrezcan la misma inmunidad que se adquiere de forma natural.

Y cada vez que veo la literatura médica, lo que más me impacta es darme cuenta de que no saben cómo funciona el sistema inmunológico, que las infecciones ofrecen mejor inmunidad y cómo las vacunas estimulan la inmunidad de forma artificial".
La OMS también cambió la definición de "pandemia"

Si aún no había quedado claro que la OMS quiere alterar la realidad para su propio beneficio, quizás le interese saber que, si no hubiera sido porque la OMS cambió la definición de "pandemia", tal vez el COVID-19 ya no sería un problema de salud pública. El 1 de mayo de 2009, la definición original de pandemia de la OMS especificaba epidemias simultáneas en todo el mundo "con un enorme número de muertes y enfermedades":
"Una pandemia de influenza ocurre cuando aparece un nuevo virus de influenza contra el cual la población humana no tiene inmunidad, lo que resulta en varias epidemias simultáneas en todo el mundo con un enorme número de muertes y enfermedades".
Esta definición se cambió un mes antes de la pandemia de gripe porcina de 2009, al eliminar los criterios de gravedad y alta mortalidad y dejar la definición de pandemia como "una epidemia mundial de una enfermedad".

Este cambio en la definición le permitió a la OMS declarar la gripe porcina como pandemia a pesar de que solo murieron 144 personas a causa de la infección a nivel mundial, y es por esa misma razón que el COVID-19 se sigue considerando una pandemia, aunque muchos datos sugieren que la letalidad del COVID-19 está a la par con la gripe estacional.

Otro ejemplo de cómo la OMS manipula la información para su beneficio ocurrió en junio de 2020. Durante una conferencia de prensa, Maria Van Kerkhove, líder de la pandemia de COVID-19 para la OMS, dejó muy claro que las personas que tienen COVID-19 y no desarrollan síntomas "rara vez" transmiten la enfermedad a otros. En un cambio radical, la OMS se retractó de la declaración un día después.

El 9 de junio de 2020, el Dr. Mike Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias de la OMS, se retractó de la declaración de Van Kerkhove, al decir que los comentarios fueron "mal interpretados o quizás no se utilizaron las palabras más adecuadas para explicarlo".

Todo esto es parte del Gran Reinicio

La Fundación Bill y Melinda Gates, que para quienes no lo sepan es la que más fondos le otorga a la OMS y Bill Gates junto con el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), son algunos que han declarado que la vida no puede volver a la normalidad hasta que haya una vacuna contra el COVID-19.

"La humanidad nunca ha tenido una tarea más urgente que desarrollar una inmunidad contra el coronavirus", escribió Gates en su blog en abril de 2020. "Siendo realistas, si vamos a regresar a la normalidad, necesitamos desarrollar una vacuna segura y efectiva. Necesitamos desarrollar miles de millones de dosis y llevarlas a todas partes del mundo lo más rápido posible".

Gates incluso ha dicho que "sospecha que la vacuna contra el COVID-19 se convertirá en parte del programa de vacunación para los recién nacidos" y manifestó que Estados Unidos necesita vigilancia y un sistema de seguimiento de enfermedades que podría incluir registros de vacunas incrustado en nuestros cuerpos (como tatuajes de tinta cuántica invisible descritos en un artículo de Science Translational Medicine).

Se espera que los pasaportes de vacunas, que se adjuntará a las aplicaciones de teléfonos móviles para seguir y rastrear los resultados de la prueba COVID-19 y el estado de vacunación, estén disponibles para la primera mitad de 2021. Todo esto coincide con el Gran Reinicio, que en esencia es la tecnocracia, en el que nosotros, el pueblo, no sabemos nada acerca de la élite gobernante, mientras que ellos vigilan, rastrean y manipulan cada aspecto de nuestras vidas para su propio beneficio.

La vacunación generalizada contra el COVID-19 junto con el seguimiento y rastreo de los resultados de las pruebas y el estado de vacunación contra esta enfermedad, son el primer paso para poder implementar la vigilancia biométrica, que se relaciona con todos los registros médicos, identificaciones digitales, bancas digitales y sistema de crédito social.

Algunos lugares ya han alcanzado la inmunidad colectiva contra el COVID-19 de forma natural

Y ¿qué tal si el COVID-19, que causa solo síntomas menores en la mayoría de las personas y no causa síntomas en otras, ya se extendió por comunidades que ya desarrollaron la inmunidad colectiva y aún no sabemos? La OMS se apresuró a descartar esta posibilidad al declarar:
"Los intentos de alcanzar la 'inmunidad colectiva' mediante la exposición a un virus no solo son científicamente problemáticos, sino también poco éticos. Dejar que el COVID-19 se propague a través de las poblaciones, de cualquier edad o estado de salud, provocará infecciones, sufrimiento y muerte innecesarias. La mayoría de las personas en casi todos los países siguen siendo susceptibles a este virus. Las encuestas de seroprevalencia sugieren que, en la mayoría de los países, menos del 10 % de la población se ha infectado con COVID-19".
Esto contradice los datos que sugieren que algunas áreas ya han alcanzado lo que se conoce como el umbral de inmunidad colectiva (HIT). Según The New York Times, más de una docena de científicos dijeron que es probable que el umbral de inmunidad colectiva contra el COVID-19 sea del 50 % o menos. "Si eso es cierto, entonces puede ser posible vencer al coronavirus más rápido de lo que se pensaba", informó el Times, y quizás sin la necesidad de una vacuna.

La inmunidad colectiva se calcula al utilizar el número reproductivo, o R-naught (R0), que es el número estimado de nuevas infecciones que pueden ocurrir de una persona infectada. Un R0 por debajo de 1 (un R1 significa que se espera que una persona infectada infecte a otra persona) indica que los casos están disminuyendo, mientras que el R0 por encima de 1 sugiere que los casos están aumentando.

Sin embargo, está lejos de ser una ciencia exacta, ya que la susceptibilidad de una persona varía según muchos factores, incluyendo la salud, edad y contactos dentro de una comunidad. Los cálculos iniciales de R0 para el umbral de COVID-19 se basaron en suposiciones de que todos tienen la misma susceptibilidad y se mezclarían al azar con otros en la comunidad.

"Eso no sucede en la vida real", explicó el Dr. Saad Omer, director del Instituto de Salud Global de Yale a The Times. "La inmunidad de rebaño puede variar de un grupo a otro y de una subpoblación a otra" o incluso de código postal.

Cuando se consideran los escenarios reales en la ecuación, el HIT disminuye de manera significativa, mientras que algunos expertos dicen que podría ser tan bajo como del 10 % al 20 %. De hecho, como sugirió The Times, es posible que ya hayamos desarrollado inmunidad colectiva a la pandemia.

Investigadores de Oxford, Virginia Tech y la Facultad de Medicina Tropical de Liverpool son algunos de los que encontraron que cuando se consideran las variaciones de susceptibilidad y exposición, el umbral de inmunidad colectiva disminuye a menos del 10 %. Si consideramos ese número y la estimación de la OMS de que menos del 10 % de la población ya se ha infectado, podría ser que ya se alcanzó o estamos cerca de alcanzar el umbral inmunidad colectiva, a través de la inmunidad adquirida de forma natural.