Traducido por el equipo de SOTT.net en español

Los recolectores de ostras y una agencia estatal tratan de encontrar la razón de la muerte de millones de ostras en algunas zonas de recolección de Luisiana en enero.
oysters
El Times-Picayune/The New Orleans Advocate informa de que los recolectores creen que lo peor de la inexplicable mortandad ha pasado, aunque siguen apareciendo pequeñas zonas de ostras muertas. Las aguas afectadas se encontraban en la zona de Plaquemines Parish, y uno de los misterios es por qué algunos arrecifes de ostras situados entre las zonas afectadas permanecían sanos y prósperos.


Carolina Bourque, directora del programa de ostras del Departamento de Vida Silvestre y Pesca de Luisiana, dijo que su agencia y el Departamento de Salud estatal han recogido muestras de agua para buscar enfermedades o sustancias químicas.

"Definitivamente queremos entender lo que está sucediendo para poder estar al tanto y saber si hubo una razón que causó esto o si se trata de otro evento natural que debemos vigilar", dijo Bourque.

El recolector de ostras Mitch Jurisich también ha contratado a biólogos en diferentes laboratorios para que hagan pruebas con las muestras que ha recogido.

Los medidores de agua no han mostrado signos claros de cambios en los niveles de salinidad u oxígeno que pudieran haber matado a las ostras. Mientras tanto, el funcionario de salud del estado, Justin Gremillion, dijo que las ostras recogidas con éxito en las zonas afectadas son "absolutamente seguras" para el consumo público.

Matt Van Meter, un recolector de primera generación, perdió alrededor del 70% de su cosecha. Dijo al periódico que tenía algunas ostras que sobrevivieron fuera de las zonas afectadas, pero que probablemente no alcanzarán el tamaño del mercado este año.

"Las ostras no mueren en esta época del año", dijo Van Meter sobre el invierno, cuando las ostras suelen estar sanas y gordas, lo que las hace más resistentes. "Me considero la próxima generación de pescadores, y es muy preocupante".

La mortandad es sólo el último golpe para los pescadores de ostras. El agua dulce de la crecida del río Misisipi en 2019 devastó la producción, y la pandemia hizo que las ventas del año pasado cayeran en picado porque muchos restaurantes cerraron.

Fuente: AP