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Cada vez son menos los inmigrantes ilegales que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Según datos de la Patrulla Fronteriza estadounidense, el número de indocumentados arrestados durante 2011 es el más bajo en las últimas cuatro décadas: en lo que va del año se han registrado 447.731 detenciones en la frontera sur, una cifra equivalente a la registrada a comienzos de los años 70.

La tendencia a la baja se ha mantenido desde 2006, año en que fueron detenidos 1,17 millones de inmigrantes ilegales. En 2010 se detectaron alrededor de 541.000 de arrestos, un 18% más que en 2011. Los datos que maneja el Gobierno mexicano -una disminución del 60% de los ciudadanos que salieron del país- confirman este fenómeno.

Los analistas explican que la disminución del flujo de hispanos se debe no sólo al conjunto de medidas emprendidas por la Patrulla fronteriza, sino a la inestabilidad económica de EE. UU. y al creciente desempleo. Según un reciente informe de la Oficina del Censo, el índice de personas que vive por debajo del umbral de la pobreza en EE. UU. aumentó drásticamente en 2010, alcanzando un 15,1%, su nivel más alto desde 1993. Según este informe, uno de cada cuatro ciudadanos estadounidenses de origen hispano es pobre, o lo que es lo mismo: más de 13 millones de personas.

La crisis económica no es la única razón. Las leyes antiinmigración también tienen que ver con el éxodo de inmigrantes. Según datos del Centro Pew Hispano, después de que fuera aprobada en Arizona la polémica ley SB 1070 -que criminaliza al inmigrante indocumentado y otorga poderes especiales a las fuerzas del orden para detener a cualquier persona sospechosa de carecer de visa o de tarjeta de residencia-, 100.000 personas abandonaron ese estado.