
Unas 290.000 casas sufrieron daños importantes y unas 70.000 quedaron completamente destruidas. Según el informe, las viviendas de aproximadamente 1,07 millones de residentes ya no son aptas para ser habitadas y un total de 1,9 millones de palestinos tuvieron que abandonar sus hogares.
La mayoría de los ataques israelíes de este mes se produjeron en las ciudades de Deir al-Balah (alrededor del 50 %), Jan Yunis (cerca del 30 %), Gaza (12 %) y Rafa (alrededor del 9 %).
Además, el Banco Mundial señala que el 80 % de las clínicas y hospitales sufrieron algún tipo de daño, mientras que el 28 % quedaron completamente destruidos. Por otro lado, alrededor del 70 % de la población de Gaza no tiene acceso al agua potable y, como resultado, se ve obligada a beber agua contaminada o salada.
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