Los informes de los medios israelíes revelan que las empresas en Kiryat Shmona, Shlomi y otras zonas del norte se han visto afectadas y los gastos han disminuido significativamente.
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La actual confrontación y escalada entre Hezbolá y las fuerzas de ocupación israelíes ha llevado al cierre de miles de empresas desde el 7 de octubre de 2023, lo que ha provocado dificultades económicas generalizadas.

En medio de la crisis, la inseguridad alimentaria se ha convertido en una preocupación importante. El Centro de Seguridad Alimentaria GFI advierte sobre una posible escasez y aumentos de precios de los suministros de proteína animal, así como desafíos en las entregas de importaciones en caso de un conflicto ampliado. Sin un plan nacional de seguridad alimentaria, "Israel" enfrenta un desafío enorme para garantizar la estabilidad del suministro de alimentos.

Ante la amenaza de la potencia de fuego de Hezbolá, los agricultores del norte son los más afectados por las consecuencias económicas. Las dificultades para acceder a las tierras agrícolas cercanas a la frontera han provocado pérdidas por valor de millones de shékels. Mientras persisten los temores a una confrontación más amplia, se han hecho llamamientos a la cautela en las actividades agrícolas para mitigar mayores daños financieros.

Mientras la situación sigue siendo volátil, el gobierno israelí se enfrenta a la perspectiva de una guerra en toda regla y su impacto en la economía de los asentamientos del norte. A medida que se avecina la incertidumbre, los residentes y las empresas se preparan para los tiempos difíciles que se avecinan.