La semana pasada el ejército israelí amenazó con lanzar un ataque contra Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, cerca de la frontera con Egipto, donde más de un millón de palestinos desplazados han buscado refugio.
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El Instituto Misgav para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista entiende que la Guerra de Gaza es una "oportunidad única y rara para evacuar toda la Franja de Gaza", mientras las organizaciones internacionales de derechos humanos han calificado la deportación forzosa de "crimen de guerra".

Inicialmente el gobierno egipcio rechazó el plan, temiendo que a los palestinos que abandonen el territorio nunca se les permita regresar. Sin embargo, ha empezado a levantar un campamento de refugiados junto a la frontera por una buena razón: el FMI tiene que aprobar si concede un préstamo adicional -entre 6.000 y 12.000 millones de dólares para pagar el déficit y la deuda del país.

Un artículo reciente en un periódico libanés preguntaba: "¿Es un chantaje?" Estados Unidos y Europa están presionando al FMI en para que cancele la deuda exterior de Egipto si el gobierno acoge a los palestinos deportados.

Según el Financial Times, los israelíes presionan a Egipto a través de la Unión Europea para que abra sus fronteras. Incluso hay un precedente: en 1991 Estados Unidos perdonó a Egipto una deuda de aproximadamente 10.000 millones de dólares porque aceptó apoyar una coalición encabezada por Estados Unidos para luchar contra Irak.

El gobierno de El Cairo está al borde de la ruina a causa de la inflación, la deuda, la disminución del turismo en la región y el bloqueo del Canal de Suez. Además, camina en la cuerda floja entre los acuerdos de seguridad con Israel y un extendida corriente popular de apoyo a la resistencia palestina.

El país podría abandonar el tratado de paz de Camp David que firmó con Israel a fines de la década de los setenta, aunque el Ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shukry, ha negado esta información. El tratado no sólo implica una cooperación con Israel, sino que también garantiza la ayuda de la Estados Unidos.

En plena negociación con el FMI y la Unión Europea para conseguir más dinero, Egipto no puede suspender la vigencia del tratado de Camp David. Pero puede hacer aspavientos simbólicos, como suspender las relaciones diplomáticas o retirar al embajador en Tel Aviv.

Mientras, el gobierno de El Cairo prepara alojamientos de emergencia y ayuda médica junto a la frontera. El Wall Street Journal ha afirmado que Egipto podría albergar hasta 100.000 personas en zonas fronterizas, si fuera necesario, como solución de compromiso. Se podría presentar muy bien publicitariamente, especialmente a los propios egipcios, bajo ropajes humanitarios y de solidaridad con los palestinos.