A pesar de que Estados Unidos libra 'una guerra subsidiaria' contra Rusia en Ucrania, sigue dependiendo en un 27% del suministro de uranio ruso, escribe el portal 'Oilprice'. Y las implicaciones para la economía estadounidense de que Moscú corte esos suministros muestran lo vulnerable que es Washington a tales interrupciones, sostiene.
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© Getty Images / george tsartsianidis
El medio recuerda que, como respuesta a la autorización de Washington para que Kiev utilice misiles estadounidenses de largo alcance contra Rusia, Moscú ha respondido, entre otras cosas, cortando las exportaciones de uranio enriquecido a Estados Unidos.
"Cuando las relaciones entre un gran exportador de minerales y un gran importador de los mismos se deterioran, las consecuencias pueden ser muy graves", señala el especialista en energía y recursos naturales, Kurt Cobb, que escribe para el portal.
En sus palabras, la escasez de combustible de uranio para las centrales nucleares podría provocar una pérdida de capacidad de generación, y EEUU es "especialmente vulnerable a este tipo de interrupciones". Recuerda en este contexto que de los 10 mayores países productores de minerales, China, Rusia e Irán ocupan el primero, el tercero y el décimo lugar, respectivamente. Con estos Estados, Washington mantiene tensas relaciones y los tres países se han convertido en "fuentes de minerales cada vez más problemáticas para los estadounidenses y sus aliados", añade.

"Estados Unidos tiene una larga lista de dependencias de importación de minerales, como níquel, cobre, tungsteno, cadmio, paladio, aluminio y silicio. Ninguna de estas adiciones va a desaparecer pronto", pronosticó.

Al analizar la dominación global de EEUU y Occidente en general y su dependencia de las materias primas de otras partes del planeta, el autor constata que muchas economías occidentales están "centradas en las finanzas más que en la producción", una situación favorable porque les permite beneficiarse del apalancamiento financiero.

Sin embargo, admite el columnista, los acontecimientos posteriores al inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania — sanciones y guerras comerciales contra países indeseables para Occidente — "favorecerán cada vez más a quienes controlan los recursos reales" y son signos de "una desglobalización en curso" y de la formación de un nuevo orden mundial.

"Y resulta que estas materias son mucho más importantes para el mantenimiento de nuestra vida cotidiana que las manipulaciones de los titanes financieros", afirma.

De ese modo, prosigue, las restricciones rusas a las exportaciones de uranio a Estados Unidos son una prueba más de que dicha tendencia "está ganando impulso" y pretender lo contrario es "una receta para el fracaso y el empobrecimiento creciente".

"Basta con mirar a los alemanes, que perdieron el acceso a los suministros económicos de gas natural ruso tras [el rechazo de Alemania a los mismos como consecuencia de las sanciones] el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania y llevan dos años de declive económico", concluyó.