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Valones y flamencos acordaron una reforma del Estado que permitirá destrabar la crisis política, iniciada luego de las elecciones del 10 de junio de 2010.

Los ocho principales partidos belgas, tanto valones como flamencos, alcanzaron este sábado un acuerdo para la reforma del Estado que pasa por la concesión de mayor autonomía a las regiones y supone el primer paso para la salida a la crisis política belga, que ha dejado sin gobierno al país desde hace 481 días.

"Esta es la reforma más importante desde la Segunda Guerra Mundial", ha declarado el presidente del francófono Movimiento Reformista, Charles Michel. "El diálogo ha prevalecido sobre el cinismo", se alegra el líder de los ecologistas flamencos, Wouter Van Besien, quien también participó en las negociaciones.

La reforma otorga a las regiones una mayor autonomía en materia fiscal, ya que éstas recaudarán parte del impuesto sobre la renta, unos 11.000 millones de euros anuales. Además, implica transferencias en materia de sanidad, política de empleo y tráfico. Cada región tendrá sus propios límites de velocidad.

Estas transferencias eran una reivindicación tradicional de los partidos de la parte flamenca, un 60 por ciento de la población belga, que también han logrado la supresión parcial de los privilegios lingüísticos y administrativos de la minoría francófona de la región de Bruselas, ya que solo se mantendrá en seis municipios.

En compensación, los valones obtienen una mayor financiación del Gobierno central valorada en unos 500 millones de euros cada año y destierran por el momento las posible secesión de los flamencos reivindicada por el partido más votado en las elecciones de junio de 2010, la Nueva Alianza Flamenca.