Desde Nueva York a Tokio, desde México a Berlín, cientos de miles de ciudadanos salieron a la calle el sábado día 15, bajo el lema "Unidos para un cambio global", para protestar contra los poderes políticos, la gran banca y los mercados financieros, en una jornada en la que las protestas pacíficas se vieron salpicadas por algunos incidentes.

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Todo comenzó, por cuestión horaria, en Oceanía y Asia. Numerosos fueron los países de la zona en los que se juntaron "indignados" que quisieron sumarse al espíritu del 15-O, una protesta de ciudadanos anónimos, que se originó en la capital de España el pasado 15 de mayo, contra los poderes políticos y económicos que no terminan de reconducir una grave crisis que sigue afectando a todo el mundo.

En Tokio la protesta global con el lema elegido: "Unidos para un cambio global", estuvo salpimentada por gritos en contra de las centrales atómicas que tanto daño han producido en Japón desde que el terremoto afectara a la central nuclear de Fukushima. También hubo protestas en países en los que las concentraciones están prohibidas, como China o Singapur, aunque de forma desigual.

Muchas voces en Norteamérica

En Estados Unidos, la ciudad más encendida por las protestas fue Nueva York, con su lema de "Ocupa Wall Street", contra la política y las fianzas del Viejo Continente. En la ciudad de los rascacielos tuvo que intervenir la policía cuando numerosos manifestantes pretendían retirar su dinero, todos a la vez, de una entidad bancaria del Citibank.

En esta ciudad se reunieron cerca de 5.000 personas y hubo marchas desde la plaza Zucotti, en Manhattan , donde mantienen un campamento los "indignados" desde hace varias semanas, hasta otras céntricas zonas de la isla como Times Square y Washington Heights. La significativa pancarta "War street is Wall Street" resumía en un juego de palabras que la actual "guerra de las calles" se debe a los excesos que ha tenido el centro financiero mundial.

Al norte, en Canadá, también se alzaron las voces. Las protestas se desarrollaron sin incidentes en 15 ciudades canadienses, entre ellas Halifax, Montreal, Ottawa, Toronto, Calgary y Vancouver. Una de las mayores concentraciones se dio en Toronto, donde unos 2.000 ciudadanos marcharon hacia Bay Street, el corazón financiero de Canadá y donde se concentran las sedes de los principales bancos del país y la Bolsa de Toronto.

Latinoamérica también sabe 'indignarse'

En Latinoamérica varios fueron los países que se dejaron notar sumándose con su voz y manifestaciones a este movimiento global. Unos centenares de activistas se manifestaron en el monumento a la Revolución mexicana, en el centro de la capital mexicana. Los "indignados", arrancaron la protesta con un baile al ritmo de batucada, exigieron al Gobierno oportunidades de trabajo, combatir la pobreza y lograr la igualdad. Exigencias que expresaron en mesas de debate instaladas en la explanada del monumento.

Durante el acto, los manifestantes mostraron pancartas para pedir más escuelas y hospitales en lugar de soldados en las calles. "No más sangre, no más hambre" fue una de las consignas que corearon los "indignados" mexicanos, en referencia a la ola de violencia que sacude al país y que ha dejado en cinco años cuarenta mil muertos.

También hubo concentraciones y protestas en varias ciudades de Chile para exigir una "democracia real" y cambios en el modelo político y económico. La jornada, convocada por casi un centenar de organizaciones, reunió en Santiago varios miles de personas, quienes exigieron la redacción de una nueva Constitución que sustituya a la actual, elaborada en la dictadura de Augusto Pinochet, y gritaron también consignas de apoyo a los estudiantes que luchan por una reforma universitaria.

En Brasil, donde se habían convocado actos en 44 ciudades, la participación fue escasa y en Buenos Aires, unos centenares de ciudadanos se sumaron al movimiento, donde hubo además una "bicicletada" y diferentes actividades artísticas para secundar la convocatoria mundial para exigir un cambio de paradigma a nivel global.

En el viejo continente

Las muestras más masivas del descontento social se vivieron en Europa y fueron pacíficas en general y con un tono festivo, salvo en Roma, en donde se registraron incidentes violentos con decenas de heridos y multitud de daños materiales.

En Italia, los enfrentamientos entre la policía y varios centenares de encapuchados durante la manifestación convirtieron Roma en un campo de batalla. Los manifestantes encapuchados incendiaron vehículos y un edificio del ministerio de Defensa, atacaron comercios y bancos y en la que participaron unas 200.000 personas, según los organizadores. Según fuentes médicas y policiales, cerca de veinte manifestantes y una treintena de agentes tuvieron que ser atendidos por contusiones.

En Alemania fueron, según fuentes del movimiento antiglobalización ATTAC , unas 40.000 personas y las mayores concentraciones se produjeron ante la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort y ante la Cancillería.

Otro punto caliente del movimiento de protesta se produjo en la ciudad de Atenas, foco central de los problemas financieros que afectan a toda la zona Euro, donde miles de griegos se concentraron en la plaza Sintagma.

En la capital de Europa, Bruselas, los grupos de "indignados" se juntaron ante las principales instituciones de la Unión Europea, y en Londres miles de manifestantes se apostó ante la catedral de San Pablo, debido a que la policía británica no les permitió acceder a la zona donde se ubica la Bolsa.

En España, país inmerso en una fuerte crisis económica y con un índice de desempleo del 20%, centenares de miles de personas salieron a las calles en casi un centenar de ciudades para protestar contra la forma de hacer de los políticos, los mercados financieros, la banca, los recortes sociales y la precariedad en el empleo. La protesta más importante fue en Madrid, donde la multitud caminó entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol, donde hace cinco meses se inició el movimiento de indignados del "15M".