El Parlamento de Grecia ha aprobado una nueva etapa del plan de duras medidas de austeridad. La medida permite a los empresarios moderar los salarios, rebasando el límite mínimo situado por la legislación anterior, en cerca de mil dólares.

La nueva ley impone una tasa especial sobre bienes inmuebles y un gravamen solidario especial a abonar en los próximos dos años. Se reduce también el nivel mínimo a partir del cual se debe pagar el impuesto sobre la renta. Además, unos 30.000 funcionarios y trabajadores del sector estatal perderán su empleo el próximo año.

Con esta votación se ha dado luz verde a los acreedores -Unión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- para que efectúen el sexto pago a Atenas. El tramo de ayuda, que espera el país 'como agua de mayo', es de unos 11.000 millones de dólares. Por otra parte, el montante del dinero que las autoridades griegas esperan recaudar gracias a las nuevas medidas de austeridad, es de apenas a unos 7.100 millones de euros.

Los parlamentarios adoptaron la decisión en medios de violentas protestas en las principales ciudades griegas. La economía del país prácticamente quedó paralizada, debido a que miles de ciudadanos salieron a la calle.

Decenas de personas sufrieron heridas en esta jornada por los enfrentamientos entre radicales, sindicalistas y las fuerzas del orden público. En la capital la Policía volvió a usar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestante.