Traducido por el equipo de SOTT.net
El alto el fuego anunciado recientemente es una bendición tanto para palestinos como para israelíes: una oportunidad para el intercambio de prisioneros, la distribución de ayuda humanitaria a los necesitados y para que se enfríen las emociones en ambos lados del conflicto.

© Yuri Cortez/AFP 2023
Aunque el alto el fuego, negociado entre Israel y Hamás por Qatar, fue acordado mutuamente entre ambas partes,
que nadie se engañe pensando que esto fue algo menos que una victoria para Hamás. Israel había adoptado una postura muy agresiva en el sentido de que, dado su objetivo declarado de destruir a Hamás como organización,
no aceptaría un alto el fuego bajo ninguna condición.
Hamás, por su parte, había hecho de la liberación de los prisioneros palestinos, y en particular de las mujeres y los niños, retenidos por Israel
uno de sus principales objetivos al iniciar la actual ronda de enfrentamientos con Israel.
Visto así, el alto el fuego representa una importante victoria para Hamás y una humillante derrota para Israel.
Una de las razones por las que Israel evitó un alto el fuego fue que
confiaba en que la operación ofensiva que había lanzado en el norte de Gaza iba a neutralizar a Hamás como amenaza militar, y que cualquier alto el fuego, independientemente de la justificación humanitaria, sólo compraría tiempo para que el derrotado enemigo de Hamás descansara, se reabasteciera y se reagrupara. El hecho de que Israel haya firmado un alto el fuego es la señal más segura de que no todo va bien en la ofensiva israelí contra Hamás.
Este resultado no debería haber sorprendido a nadie. Cuando Hamás lanzó su ataque del 7 de octubre contra Israel, puso en marcha un plan que llevaba
años gestándose.
La meticulosa atención al detalle que se puso de manifiesto en la operación de Hamás subrayó la realidad de que Hamás había estado estudiando las fuerzas militares y de inteligencia israelíes desplegadas contra ella, descubriendo puntos débiles que posteriormente fueron explotados. La acción de Hamás representó algo más que una buena planificación y ejecución táctica y operativa: fue también una obra maestra de conceptualización estratégica.
Comentario: Es justo dudar de que Netanyahu sepa lo que hay detrás de sus "mentiras".
Descifrando una amplia y complicada historia de la Hermandad Musulmana, Meyssan ofrece preguntas que deberíamos plantearnos y su relevancia estratégica.