Los gobiernos españolistas del PP y del PSOE hace años levantaron en sus fronteras africanas
vallas de cuchillas de hasta 12 metros de altura. Objetivo: impedir que los refugiados que alcanzaban la frontera pudiesen llegar a las tierras del PPSOE, los mismos que se escandalizan por el fanatismo.
La central europea decía que eso de las alambradas, la expulsión "en caliente" de los que conseguían pasar por encima de las cuchillas, llenos de desgarraduras en la carne, y las capturas de refugiados y los ataques a aquellos que se aproximaban por mar, con resultado de muerte en muchos casos, eran, son ilegales. Después sacaron una ley por la que a los emigrantes se les quitaba la cartilla sanitaria y prohibieron asistirles en los hospitales y centros de la Seguridad Social, también causando miles de agravamientos y muertes. También era ilegal, es ilegal, por eso
introducen algún cambio legislativo que los deje sin culpa legal. La persecución policial hacia los emigrantes se hizo presente en muchos barrios y el pueblo respondió creando grupos de denuncia.
¿Quién va a pagar por tanto odio racial, por tanta inhumanidad? ¿Quién exige, quién va a exigir, por tanta deshumanización, tanta propaganda contra las personas que escapaban de la desgracia de la guerra o del hambre? Buscaban refugio.
Sin embargo, parece que los responsables gubernamentales lo han olvidado. Hoy inundan el ambiente con las imágenes durísimas de las gentes que huyen de la guerra y del hambre en busca de un futuro, y lo exponen de un modo lastimero, de un modo vacío de compromiso y crítica hacia los responsables, y aún le dan vueltas a cuántos tocan cada uno de los países, cuántos tramites tienen que pasar, cuántos días van a tener que esperar sin ayuda ninguna.
Subamos un escalón o bajemos a la raíz:
¿Qué regímenes son los fabricantes de bombas que caen sobre Oriente? ¿En qué tierra no caen las bombas de Europa, EEUU-Israel? Y partiendo de los países destruidos y de los campos de refugiados, como el de Yarmuk, también destruidos, arruinados,
algunas gentes en su desesperación se echan al camino en dirección a donde no caen las bombas buscando un futuro en paz.
Comentario: De ser cierto vemos una vez más lo que está mal en nuestra sociedad, las necesidades y caprichos de una minoría son siempre más importante que las necesidades de la mayoría, y al final el modo de operación es siempre el mismo, culpar a la víctima.