Elizabeth Vos repasa el infame caso legal de Marc Dutroux e indaga sobre el motivo de la desconfianza pública en las instituciones gubernamentales.
Este es el cuarto artículo de una serie que repasa los principales trabajos de la publicación que ha alterado el mundo desde su fundación en 2006. La serie aplica un esfuerzo por contrarrestar la cobertura de los medios de comunicación que están ignorando el trabajo de WikiLeaks, centrándose en su lugar en la personalidad de Julian Assange. Es el descubrimiento por parte de WikiLeaks de los crímenes y la corrupción del gobierno lo que llevó a los Estados Unidos a persiguir a Assange y que culminaría con su arresto el 11 de abril.El caso del notorio pederasta homicida Marc Dutroux, que ahora cumple cadena perpetua en Bélgica, es infame por la profunda depravación de los crímenes cometidos y presenciados. Las pruebas surgieron dos veces en esta causa, la primera vez a lo largo de procedimientos judiciales, y la segunda con la publicación de múltiples registros de la fiscalía por WkliLeaks en 2009.
En este artículo de Elizabeth Vos, colaboradora de Consortium News, publicado originalmente por ella en 2017 en Disobedient Media, Vos analizó cómo WikiLeaks ayudó a descubrir pruebas fehacientes de que el caso belga formaba parte de una red de tráfico sexual infantil protegida políticamente. El caso belga adquiere mayor relevancia tras el arresto del financiero Jeffery Epstein por presunto tráfico sexual de niños, además de las alegaciones en cuanto a sus conexiones con poderosos organismos de inteligencia.
Comentario: A Michel Nihoul sólo le cayeron 5 años de cárcel. Fue liberado después de un año y actualmente está felizmente jubilado en una ciudad costera belga. Michelle Martin también ha salido de la cárcel y vive libre. Ningún otro perpetrador fue procesado.