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El actual ciclo de tormentas del astro llegaría a su máximo el 16 de abril de 2013. El sol emitió una "burbuja" del tamaño de Júpiter, lo que comprueba el incremento de su actividad, cuyo pico se espera para 2013. Por ello, los pronósticos de tsunami solar.

Los expertos afirman que no estamos preparados para los daños que ocasionaría.

Este fenómeno, denominado eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), es característico de los momentos de máxima actividad solar y puede resultar inofensivo y hasta pasar inadvertido. A menos que un satélite lo registre como ocurrió este año, pero muy nocivo si la onda emitida penetra el campo magnético de la Tierra. En ese caso se afectan los circuitos eléctricos y comunicación.

El acontecimiento del 16 de abril representó una erupción mediana con forma de gruesa protuberancia que luego explotó como una pompa de jabón y lanzó parte de su contenido a la atmósfera. Esta vez, salvo la espectacularidad del evento, no generó consecuencias.

En una CME, el sol lanza más de mil millones de toneladas de partículas a una velocidad de varios miles de kilómetros por segundo. Aunque el campo magnético del planeta lo protege desviando estas partículas, "la magnetósfera no es estanca", advirtió Pierre Barthélémy, en un blog especializado de Le Monde.

Cuando esas partículas atraviesan ese escudo y alcanzan la Tierra, desatan auroras boreales y australes. Por lo general, la energía que recibe la atmósfera -en una CMEde marzo pasado equivale al 5% de toda la electricidad consumida por Francia en un año- es rechazada y reenviada al espacio.

Pero no siempre es así. En marzo de 1989 una de estas nubes de partículas hizo saltar todos los sistemas de seguridad de la red eléctrica del Quebec (Canadá), dejandoa 6 millones de personas sin electricidad por 9 horas y las agencias espaciales perdieron contacto con cientos de satélites.