Nieve, lluvia y viento impactan zonas devastadas por Sandy. Cortes de energía afectan a más de 60,000 clientes. Algunos residentes se resisten a desalojar sus casas.
Tormenta de nieve
© Rockaway Beach, New York
La Ciudad de Nueva York y buena parte del noreste de Estados Unidos quedaron envueltos el jueves en una potente tormenta de nieve, que llegó a la región cuando aún se recuperaba de la devastación causada por Sandy.

La tormenta -que se adelantó a la temporada de invierno boreal- descargó más de 30 centímetros de nieve en zonas de Connecticut y provocaba vientos de hasta 80 kilómetros por hora, lo que causó que otras 30,000 viviendas y negocios quedaran a oscuras y una nueva pesadilla en el sistema de transporte.

La ola de frío hundió aún más en la miseria a las víctimas de Sandy, que dejó sin suministro energético a millones y provocó graves inundaciones.

"¡Dios nos odia!", tituló el New York Post en su portada. Entre 8 y 15 centímetros de nieve cayeron en la ciudad.

El paso de Sandy por Estados Unidos y Canadá dejó 121 muertos, luego de que las autoridades de Nueva York informaran el miércoles sobre otro deceso relacionado con la tormenta en Rockaway, que cargó con lo peor del temporal.

Unos 300,000 hogares y negocios quedaron sin luz en una franja que va desde Carolina del Norte y del Sur hasta Nueva York, aunque casi 250,000 usuarios vieron el servicio restaurado durante la mañana. Unas 662,000 viviendas permanecían a oscuras tras el paso del huracán Sandy y el arribo de la nevazón.

Nueva York distribuyó estufas para calefacción y frazadas a los residentes que no tenían electricidad y abrió refugios para las personas que necesitaban un lugar cálido para dormir.

Desalojos y suspensión de servicios

Nueva York y Nueva Jersey evacuaron las zonas costeras más vulnerables a la nueva tormenta.

Funcionarios de Nueva York instaron a las personas cuyos hogares fueron inundados por el paso de Sandy a buscar alojamiento en casas de amigos o familiares o acudir a los refugios de la ciudad.

Pero algunos no estaban dispuestos o no podían dejar sus viviendas.

Entre ellos estaba Christine Jones, una residente de 73 años de la costera Rockaway en el distrito de Queens, que dijo que ella y muchos de sus vecinos planeaban quedarse en sus departamentos helados y a oscuras.

"Ellos tienen temor a que les roben", dijo Jones, cuyas opciones de evacuación eran limitadas puesto que su auto quedó inundado por las marejadas causadas por Sandy.

"Los chicos adolescentes (...) tratan de entrar", sostuvo.

Los servicios de trenes y buses del sector quedaron interrumpidos por la tormenta y la línea de Long Island Rail Road suspendió brevemente todas sus operaciones hacia los suburbios del este de la ciudad el miércoles por la noche.

Los mayores aeropuertos de la región cancelaron vuelos o tuvieron retrasos el miércoles, al tiempo que el suministro de gasolina escaseaba.

Cuatro compañías de Estados Unidos anunciaron que aprovecharían una inusual excepción que les permite usar embarcaciones de bandera extranjera para transportar productos de petróleo hacia las zonas más afectadas por la tormenta.