Imagen
© NASA
Nuevas imágenes de la NASA apoyan el hallazgo de que una de las bandas de Júpiter que "desapareció" la pasada primavera, está mostrando signos de un retorno. Estas nuevas observaciones ayudarán a los científicos a una mejor comprensión de la interacción entre los vientos de Júpiter y la química de las nubes.

A principios de año, los astrónomos aficionados observaron que una antigua banda de color marrón oscuro, conocida como el Cinturón Ecuatorial Sur, justo al sur del ecuador de Júpiter, se había vuelto blanca. A principios de noviembre, el astrónomo aficionado Christopher Go de Cebu City, en Filipinas, vio un punto inusualmente brillante en el área blanca que en una ocasión fue la banda oscura. Este fenómeno espoleó la curiosidad de los científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, y de todo el mundo.

Después de unas observaciones de seguimiento en Hawai con la Instalación del Telescopio Infrarrojo de la NASA, el Observatorio W.M. Keck y el Observatorio Géminis, los científicos creen ahora que la desvanecida banda está retornando.

Las primeras imágenes de la reaparición de la banda están on-line en: http://www.nasa.gov/topics/solarsystem/features/jupiter20101124-i.html.

"La razón de que Júpiter pareciera "perder" esta banda - camuflándose entre las bandas blancas de alrededor - es que los usuales vientos descendentes que son secos y mantienen la región son nubes, desaparecieron", dice Glenn Orton, científico investigador en el JPL. "Una de las cosas que estábamos buscando en el infrarrojo eran evidencias de que el material más oscuro que estaba surgiendo del oeste de la zona brillante, era realmente el inicio de la limpieza en la capa de nubes, y eso es precisamente lo que vimos".

Esta cobertura de nubes blancas está hecha de hielo blanco de amoniaco. Cuando las nubes blancas flotan a una mayor altura, oscurecen el material marrón perdido, que flota a menor altura. Cada pocas décadas, el Cinturón Ecuatorial Sur se vuelve completamente blanco por, tal vez, de uno a tres años, un evento que ha desconcertado a los científicos desde hace décadas. Este extremo cambio en la apariencia sólo se ha observado en el Cinturón Ecuatorial Sur, haciéndolo único en Júpiter y todo el Sistema Solar.

La banda blanca no fue el único cambio en el gran planeta gaseoso. Al mismo tiempo, la Gran Mancha Roja de Júpiter se tornó de un rojo más oscuro. Orton dice que el color de la mancha - una tormenta gigante que tiene tres veces el tamaño de la Tierra y un siglo o más de antigüedad - probablemente brillará un poco más conforme vuelva el Cinturón Ecuatorial Sur.

El Cinturón Ecuatorial Sur pasó por un ligero oscurecimiento, conocido como "apagado", justo cuando la nave New Horizons de la NASA pasaba en su camino hacia Plutón en 2007. Hubo entonces un rápido "resucitado" de su habitual color oscuro tres o cuatro meses más tarde. El último apagado completo y resucitado fue un evento doble, que empezó con un apagado en 1989 y resucitó en 1990, teniendo otro apagado y resucitado en 1993. Se han captado visualmente y fotográficamente eventos similares desde principios del siglo XX, y es probable que sea un fenómeno a largo plazo en la atmósfera de Júpiter.

Los científicos están particularmente interesados en observar estos últimos eventos debido a que es la primera vez que son capaces de usar los instrumentos modernos para determinar los detalles de los cambios químicos y dinámicos de este fenómeno. Observar cuidadosamente este evento puede ayudar a refinar las cuestiones científicas propuestas para la nave Juno de la NASA, que se prevé que llegue a Júpiter en 2016, y una mayor misión propuesta para orbitar Júpiter y explorar su satélite Europa después de 2020.

El evento también significa otra estrecha colaboración entre astrónomos aficionados y profesionales. Los aficionados, dispersos por todo el mundo, están a menudo bien equipados con instrumentos que son capaces de seguir los rápidos desarrollos de los planetas del Sistema Solar. Estos aficionados colaboran con los profesionales para lograr un mejor estudio de los cambios que son de gran valor científico para los científicos e investigadores de todo el mundo.

"Tuve suerte de captar el estallido", dice Christopher Go, refiriéndose a los primeros signos de que la banda estaba volviendo. "Tuve una reunión esa noche y duró mucho. Capté el estallido justo a tiempo, cuando estaba empezando. Si lo hubiese fotografiado antes, no habría captado nada", comenta Go. Go, que también colabora en el Departamento de Física de la Universidad de San Carlos en Cebu City, Filipinas, fue testigo de la desaparición de la banda a principios de año, y en 2007 fue el primero en captar su retorno. "Fui capaz de captarlo tan pronto en esta ocasión porque ya sabía exactamente qué buscar".