La comunidad mundial debe entender la diferencia entre los acontecimientos de los años 90 cuando Crimea, de hecho, fue anexada por Ucrania, y la autodeterminación de los habitantes de la península en 2014, opina el presidente de la Duma de Estado (Cámara baja del Parlamento ruso), Serguéi Narishkin.

Crimea
© RIA Novosti. Konstantin Chalabov
"Es importante hoy día analizar detalladamente la historia de Crimea para que el mundo entienda la diferencia entre los acontecimientos de los principios de los años 90, es decir, la anexión de Crimea por Ucrania, y la autodeterminación de los habitantes en 2014", subrayó Narishkin.

Agregó que varios expertos internacionales señalan que la tentativa del Parlamento ucraniano de cancelar la ley sobre el idioma ruso provocó protestas en el país, algo que quedó confirmado también, según Narishkin, "en la reciente sesión de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE".

Declaró que la disposición de los colegas extranjeros de reconocer la verdad refuerza la esperanza de que el diálogo se desarrolle.

Al mismo tiempo el jefe de la Duma constató que no todos los casos han sido examinados adecuadamente a nivel internacional. En primer lugar, se trata de la tentativa de Kiev de retener Crimea a pesar de la voluntad de la población y violando el derecho nacional e internacional.

Señaló que durante los últimos 20 años, el poder central apostó por el fomento de la tensión interétnica, desconfianza y hostilidad en Crimea, estimuló especulaciones históricas y no estuvo interesado en resolver los problemas de los habitantes de la península poblada de rusos, tártaros y otras etnias.

"Kiev necesitaba una península cuyos habitantes no sean capaces de unirse y resolver por su cuenta los problemas políticos y económicos", precisó Narishkin.

Comunicó que a finales de noviembre un grupo de diputados rusos visitará la región para discutir con las autoridades locales la integración jurídica y varias cuestiones relativas con la legislación rusa.

En marzo pasado Crimea y Sebastopol celebraron referendos y se pronunciaron por independizarse de Ucrania e integrarse a Rusia. Kiev no reconoció sus resultados ni la adhesión de la península al territorio ruso.